elecciones 1983
El 30 de octubre de 1983 Argentina volvía a las urnas. La recuperación de la democracia, el incontrastable triunfo de Alfonsín y la derrota del PJ quedaron como marcas sobresalientes de aquel histórico día. Pero ocultos por todo esto, hubo una serie de candidatos olvidados que conformaban una selección de notables dirigentes.
martes 29 de octubre de 2024 21:00
Las primeras elecciones de la actual democracia pusieron en cancha no sólo al líder del radicalismo, a la postre triunfador, y a Ítalo Argentino Lúder, el hombre que representó la primera derrota presidencial de la historia del peronismo. Detrás de ellos quedaron un grupo de hombres que conforman una verdadera selección de dirigentes políticos, más allá de sus orientaciones ideológicas y conductas individuales. Verdaderos pesos pesados que se reunieron en una contienda nacional que jamás volvería a tener tan densitud.
Vamos por orden. El tercero en discordia no fue otro que el histórico Oscar Alende, ex gobernador radical de la provincia de Buenos Aires que había mutado hacia la mayor representación de la izquierda democrática. El PI de Alende fue la gran opción electoral para buena parte de la generación de los ‘70 que había sorteado el asesinato y el exilio.
Detrás de Alende, un hombre que había nacido a su izquierda y se había reacomodado hacia el centro. Rogelio Frigerio -abuelo del actual gobernador de Entre Ríos-, había comenzado su militancia dentro del comunismo y años después fundaría el desarrollismo junto a Frondizi, el ex socio del propio Alende. En esta elecciones, Frigerio llevaba una selección de candidatos a diputados: músicos, modelos, el suegro de Vertbisky, el abuelo político de Leonardo Di Caprio (a su vez, suegro de Al Pacino) y el padre de la gran bestia pop Andrés Calamaro.
Las restantes 8 fórmulas no llegaron ni al 1% de los votos, lo que hoy les impediría formar parte de una elección general. De todos modos, se sucedieron, con porcentajes pobrísimos, hombres -sólo hombres- con pasados protagónicos o futuros prometedores dentro de la política argentina. En 5to lugar se ubicó Francisco Manrique, dirigente de la derecha castrense, furibundo antiperonista y siempre señalado como coresponsable de los fusilamientos de la dictadura del ‘55. La democracia siempre da oportunidades, incluso a Manrique, hombre de todas las dictaduras argentinas.
En último lugar, en las elecciones de 1983, se ubicó un cordobés en representación del Partido Obrero. Gregorio Flores había nacido muy cerca de Tulumba, en una familia de campesinos pobres. Protagonista de las luchas de Sitram Sitrac y del Vivorazo, Flores le hizo honor al partido por el cual se presentó. Además de cuadro intelectual, había sido obrero y tras su candidatura, además de ser escritor, Flores fue, entre otras cosas, albañil y pintor de obra.
No hubo, ni antes ni después, otras elecciones nacionales que reunieran a dirigentes que, más allá de su suerte electoral, representaran, en conjunto y genuinamente, todas las expresiones que conforman a la sociedad argentina.