Los gobiernos de Reino Unido y Mauricio han anunciado este jueves un histórico acuerdo, alcanzado tras dos años de negociaciones, según el cual Londres devolverá al país africano el archipiélago de Chagos –colonizado hace más de medio siglo, un hecho que provocó el desplazamiento de toda la población de las islas–, un pacto que contempla además que las operaciones en la base de Estados Unidos en Diego García, de importancia estratégica, sean garantizadas.
Los primeros ministros de Reino Unido y Mauricio, Keir Starmer y Pravind Jugnauth, respectivamente, han emitido un comunicado conjunto en el que confirman “un acuerdo político histórico sobre el ejercicio de la soberanía sobre el archipiélago de Chagos”, anuncio que llega más de cinco años después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fallara que Londres debía poner fin “lo más rápidamente posible” a su administración del territorio.
“Bajo los términos del tratado, Reino Unido acuerda que Mauricio tiene la soberanía sobre el archipiélago de Chagos, incluido Diego García. Al mismo tiempo, nuestros dos países están comprometidos con la necesidad, y acordarán en el tratado, de garantizar el funcionamiento a largo plazo, seguro y eficaz de la base existente en Diego García –gestionada de forma conjunta por Londres y Washington–, que desempeña un papel vital en la seguridad regional y mundial”, recalcan.
En este sentido, especifican que “durante un período inicial de 99 años, Reino Unido estará autorizado a ejercer con respecto a Diego García los derechos soberanos y las autoridades de Mauricio necesarios para garantizar el funcionamiento continuo de la base”, situada en la isla más grande del archipiélago.
“Tras dos años de negociaciones, este es un momento decisivo en nuestra relación y una demostración de nuestro compromiso permanente con una solución pacífica de las controversias y el Estado de derecho”, resaltan, antes de apuntar que las negociaciones tuvieron lugar en un ambiente “constructivo y respetuoso”, “como dos Estados soberanos en pie de igualdad”.
Así, subrayan que las negociaciones han estado fundamentadas en “el Derecho Internacional” con el objetivo de “resolver todas las cuestiones pendientes entre Reino Unido y Mauricio en torno al archipiélago de Chagos, incluidas las relativas a sus antiguos habitantes”, expulsados a la fuerza a raíz de la decisión británica de separar ambos territorios en 1965 a cambio de la independencia del país africano, que se materializó en 1968.
“El acuerdo político está sometido a la finalización de un tratado y los instrumentos legales de apoyo, que ambas partes se han comprometido a finalizar lo antes posible”, destacan, al tiempo que inciden en que “el tratado abordará los errores del pasado y demostrará el compromiso de ambas partes a la hora de apoyar el bienestar de los chagosianos”.
De esta forma, dicen que “Mauricio será a partir de ahora libre de poner en marcha un programa de reasentamiento en las islas del archipiélago de Chagos, al margen de Diego García, y Reino Unido capitalizará un nuevo fideicomiso, al tiempo que entregará además otro apoyo en beneficio de los chagosianos”. “Esto dará inicio a una nueva era de asociación a nivel económico, de seguridad y ambiental entre ambas naciones”, ensalzan.
Starmer y Jugnauth desvelan además que el acuerdo contempla que Londres “entregue un paquete de apoyo financiero a Mauricio” que incluye “un pago fijo anual durante la duración del acuerdo y el establecimiento de una asociación en infraestructuras” para poner en marcha “proyectos estratégicos que generen un cambio significativo para los ciudadanos de Mauricio y potenciar el desarrollo económico en el país”.
“De forma más amplia, Reino Unido y Mauricio cooperarán en protección ambiental, seguridad marítima, lucha contra la pesca ilegal, migración irregular y tráfico de drogas y personas a través del archipiélago de Chagos, con el objetivo compartido de garantizar la seguridad y protección de uno de los hábitats marinos más importantes del mundo”, dicen, al tiempo que especifican que ello incluye la creación del Área Marina Protegida de Mauricio.
Por último, aseveran que “el tratado abrirá un nuevo capítulo en la historia compartida, que seguirá estando basados en el respeto mutuo y la confianza, como socios cercanos en la Commowealth comprometidos con la seguridad y la prosperidad en la región del océano Índico” y ensalzan el “apoyo total y asistencia” de Estados Unidos e India, “socios cercanos”, a la hora de alcanzar este acuerdo.
Biden aplaude el acuerdo
Inmediatamente después del anuncio, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha aplaudido el “histórico acuerdo” entre ambos países y ha argüido que “es una clara demostración de que, a través de la diplomacia y la colaboración, los países pueden superar desafíos históricos de larga data para lograr resultados pacíficos y mutuamente beneficiosos”.
“Este acuerdo afirma la soberanía de Mauricio sobre el archipiélago de Chagos, al tiempo que otorga a Reino Unido la autoridad para ejercer los derechos soberanos de Mauricio con respecto a Diego García”, ha destacado, antes de reseñar que esta base “juega un papel vital para la seguridad nacional, regional y global”.
Así, ha sostenido que esta base “permite a Estados Unidos apoyar operaciones que demuestran el compromiso compartido con la estabilidad regional, dar respuesta rápida a las crisis y hacer frente a algunos de las principales amenazas de seguridad”. “Esperamos mantener nuestra firme asociación con Mauricio y Reino Unido a la hora de garantizar una región indo-pacífica libre y abierta”, ha zanjado.
Dos años de negociaciones
El acuerdo ha sido anunciado cerca de dos años después de que el entonces ministro de Exteriores británico, James Cleverly, mostrara la disposición de Londres a iniciar negociaciones con Mauricio sobre el futuro del archipiélago, foco de una disputa territorial desde hace casi seis décadas.
Así, Cleverly destacó que las autoridades británicas estaban dispuestas a “resolver todos los asuntos pendientes”, ante las presiones internacionales sobre Londres para que pusiera fin a su administración de Chagos y diera carpetazo a su colonización del territorio de Mauricio.
De hecho, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en mayo de 2019 una resolución pidiendo a Reino Unido que entregara el control del archipiélago en un plazo de seis meses, documento aprobado tras un fallo de la CIJ en este sentido.
La CIJ había reclamado tres meses antes que Londres debía poner fin “lo más rápidamente posible” a su administración de Chagos al considerar que no fue separado de forma adecuada de Mauricio tras su descolonización”, por lo que el proceso “no fue completado legalmente cuando ese país accedió a la independencia en 1968″.
En esta línea, el tribunal afirmó que la separación del archipiélago “no estuvo fundamentada en la expresión libre y genuina de la voluntad del pueblo afectado” y recordó que el Derecho Internacional exige a la colonia que “respete la integridad territorial” del país durante el proceso de descolonización.
El pronunciamiento de la CIJ, que no era vinculante, llegó después de que la Asamblea General de la ONU decidiera en junio de 2017 pedirle que se pronunciara sobre el futuro del archipiélago, integrado por cerca de 60 islas, tras décadas de reclamaciones por parte de Mauricio sobre una descolonización que Londres rechazaba.
El Gobierno del país africano ya garantizó en febrero de 2023 que todos los originarios de Chagos podrían reasentarse en las islas una vez que Reino Unido entregara la soberanía, después de que Human Rights Watch (HRW) acusara a Londres de crímenes contra la humanidad por su negativa a permitir la vuelta de los residentes a sus hogares.