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Siete comités de crisis, pero la violencia de género no remite

Amal (30) y sus dos pequeños Adam e Hiba (8 y 3) en Las Pedroñeras (Cuenca); Laura (20) y su madre en Zafarraya (Granada); y Petri (76) en Fuengirola. En apenas 24 horas, tres hombres diferentes han arrebatado, presuntamente, seis vidas en tres casos de violencia de género que este martes el Ministerio de Igualdad va a estudiar en un nuevo Comité de Crisis.

Es el octavo Comité de Crisis que se celebra desde su aprobación, en la Conferencia Sectorial de Igualdad del 22 de julio de 2022. Previsto para el jueves, se ha adelantado a la tarde de este martes por lo extremo de la situación. Porque entre la noche del viernes y la mañana del sábado se concentraron las horas con más crímenes en lo que va de año.

También ha sido uno de los días con mayor concentración en menos tiempo desde que hay registros, que comenzaron en 2003, y que suma ya 1.263 mujeres asesinadas tras la confirmación de Igualdad del componente machista en todos los casos. Los dos pequeños de Amal también entran en la lista de la violencia vicaria. En lo que va de año, nueve menores han sido víctimas mortales en casos de violencia de género según las cifras oficiales. Son máximos históricos.

Revisión de la inactivación de los casos en Viogén

¿Qué está fallando para que, en la primera mitad del año, 16 mujeres y nueve niños y niñas hayan sido asesinados en casos de violencia machista? La ministra de Igualdad, Ana Redondo, no se atreve a responder todavía. Preguntada por la prensa este lunes, ha repondido que prefiere realizar un buen diagnóstico de los tres casos de violencia de género así como «examinar minuciosamente qué ha ocurrido en cada uno de ellos» y «ver qué se puede mejorar» antes de adelantar conclusiones.

Redondo también ha indicado que la lucha a nivel normativo, que se inició hace prácticamente 20 años, con la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2024, es un espacio «muy corto para la dimensión enorme del problema» que lleva siglos, y cuya solución no es fácil.

Conocer los factores de riesgo sí ayuda para saber cómo actuar. El año pasado, cuando acabó julio -con ocho mujeres asesinadas-, el Ministerio de Igualdad, cuya titular era entonces Irene Montero, recordó la «alta concentración» de asesinatos machistas que se produce cuando llega el verano, como también ocurre en Navidades. Es cuando los agresores pasan mayor tiempo en sus hogares o junto a sus familias, lo que supone un factor de riesgo.

Otro factor de riesgo es la advertencia de ruptura, como indicó un informe que el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género dio a conocer el pasado mes de junio. Según el estudio de sentencias de las audiencias provinciales en 2021 y 2022, hasta un tercio de las mujeres asesinadas por violencia de género había anunciado su intención de separarse. Fue el caso de Amal, que estaba en proceso de separación. Existían denuncias previas por violencia de género contra el presunto agresor, lo que no evitó que terminara con su vida y la de sus hijos.

Cribado universal en los centros sanitarios

Preguntado sobre qué está fallando, quien fue el primer delegado de Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente Acosta, ha asegurado que hay una «insuficiencia doble». En su opinión, una es en el desarrollo de recursos que están contemplados en las diferentes medidas que se han ido aprobando, incluyendo leyes y pactos de Estado, en el que ya se está trabajando; la otra, mayor, es la que «nace de un enfoque equivocado»: el de la denuncia.

«Durante los últimos veinte años nos hemos enfocado en la denuncia, en decir, la reacción o acción por parte de la víctima o del entorno para que acuda al sistema, cuando este se ha mostrado ineficaz o insuficiente». Asegura que mientras que el 20% de las mujeres que han sido maltratadas han interpuesto una denuncia, el cien por cien de ellas están en el sistema sanitario. Muchas lo hacen por el impacto que esta violencia les produce en la salud, bien de manera directa o por el agravamiento de patologías que pudieran tener», indica.

Recuerda que, según la OMS, las mujeres que sufren maltrato acuden un 33% más al sistema sanitario que las no maltratadas. Teniendo esto en cuenta, y «cuando los estudios nos dicen que las mujeres quieren les preguntemos por esta situación», afirma que un sistema de cribado universal, que sirva como primera entrada para la protección y seguridad de las mejores, es una mejor opción que forzar a la denuncia.

Comités anteriores

Con todo, afirma Lorente, la denuncia también es necesaria. Entre las conclusiones de comités anteriores, Igualdad explica que ya se está trabajando en la revisión de la inactivación de los casos en Viogén hasta que se compruebe que desaparece el riesgo para la mujer, o por ejemplo, el incidir en los entornos.

Precisamente, la pasada semana Igualdad presentó una campaña que interpelaba al entorno de las víctimas de violencia machista. ‘Tan solo una de cada cuatro personas actúa ante un signo de violencia de género. ¿Vas a hacer algo?’, dice. La mayoría de esos avisos eran de las propias mujeres que la sufrían, pese a que son conscientes de que, en muchos casos, personas cercanas como familiares, amigos o del entorno laboral, sabían que algo ‘raro’ estaba ocurriendo.

Otro de de los asuntos recurrentes en los anteriores Comités de Crisis es la necesidad de crear protocolos de acompañamiento en estos casos. Según indicó el anterior Ministerio de Igualdad, tras una separación, el proceso de mudanza o volver al antiguo domicilio a por sus pertenencias puede ser un momento de especial riesgo para una mujer a la hora de sufrir violencia de género. 

Por el momento, Igualdad señala a El Periódico de España, del grupo de Prensa Ibérica, que esa necesidad se ha trasladado a anteriores conferencias sectoriales, ya que se trata de protocolos que se deben desarrollar por parte de las comunidades autónomas, al ser quienes tienen estas competencias. Este martes, a partir de las 18 horas, explicarán los nuevos diagnósticos.