Andrés Aguerre es un ingeniero agrónomo y productor ganadero que vive y produce en Mercedes, Corrientes. Pertenece a la cuarta generación familiar dedicada a este sector, y cuando comenzaba a separarse de las prácticas heredadas para comenzar a incursionar en cultivos alternativos como la hidroponía, la sequía que jaqueaba a sus animales lo obligó a volver a meterse de lleno en la actividad.
Aguerre, de todos modos, quiso avanzar en la producción de frutillas sobre sustrato para concientizar sobre el uso del agua. «Acá nosotros no valoramos y es necesario que seamos un poco más eficientes. El agua potable es un recurso poco valorado», explicó a Bichos de Campo.
Señaló que en la región Litoral pareciera que sobra. «Los que no valoramos somos los de acá, pero la gente de otros países sí la valora», afirmó.
AGUA
Aguerre aseguró que «en el sistema de hidroponía el cultivo consume el agua justa y necesaria para su desarrollo. No se hace un uso excesivo porque -si bien hay distintos tipos de sistemas hidropónicos- el agua va ‘recirculando’».
La producción de frutillas en hidroponía fue toda una innovación porque si bien Corrientes tiene una zona frutillera, ésta se encuentra en los suelos arenosos más hacia la costa del río Paraná. Pero en Mercedes el suelo es arcilloso, por eso el ingeniero agrónomo apeló a la hidroponía.
«Estudié bastante antes de largarme y pude comprobar que el sistema es más eficiente ante el uso de productos químicos como insecticidas y fungicidas. Se hace un uso eficiente y racional de los recursos, pues al prescindir del suelo no son necesarios. Muchas enfermedades se evitan al tener un sustrato que es estéril, inerte, y no tiene patógenos. Entonces el cultivo no sufre esos daños», completó.
Aguerre pudo concretar solamente una cosecha ya que, en 2020, coincidiendo con la pandemia, comenzó a sentirse el impacto de la gran sequía en su zona.
La situación se complicó muy rápido: la falta de agua y las altas temperaturas provocaron registros de evapotranspiración que son los más altos en más de cincuenta años, según el Inta de El Sombrerito.
SUELO
«Hay que dejar de ver el suelo como tierra y verlo como una máquina de producir forraje. De acuerdo a tantas cabezas de ganado proyectar una oferta de forrajes», apuntó. El profesional aseguró que tienen las condiciones, las herramientas y la tecnología para el cambio que propone.
También comentó que «mucha agua que pasa por Corrientes se desperdicia en el mar, salinizándose. Debieran verse alternativas para lograr nuevas formas de producir. Corrientes es una provincia ganadera, una de las principales productoras de terneros, y tendría que planificar la oferta forrajera para también producir novillos, que es algo que no se hace por falta de granos».
«Corrientes tiene suelos aptos para agricultura. Falta inversión privada que aporte tecnología, y que tenga acompañamiento. Algo tiene que cambiar», concluyó convencido.
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