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Misiones: sicarios mataron a tiros a cambista y huyeron en moto a Brasil

La línea de frontera en el barrio Provincias Unidas, de Bernardo de Irigoyen, volvió a regar de sangre ayer. Dos hombres en moto acribillaron a un comerciante de la zona y luego huyeron hacia Brasil, lo que se constituyó como el quinto asesinato por encargo en poco menos de dos años.

Una seguidilla tan dolorosa como preocupante, que parece no tener fin y conmociona cada vez más a los vecinos de la zona. Incluso quienes viven allí tuvieron que presenciar varias veces la secuencia posterior a los crímenes y proteger a menores de toda esa escena.

La víctima en este hecho fue identificada como Lindomar De Olivera Cunha (40). Según dijeron fuentes policiales y vecinos de la zona, el hombre posee un comercio dedicado a la venta de vinos, pero también se dedicaba al cambio de divisas en la frontera.

Al respecto, en su vehículo efectivos de la Policía de Misiones incautaron casi 30 millones de pesos entre reales y dólares. Esto sustenta la hipótesis de un crimen por encargo.

Efectivos de la comisaría local expresaron que se enteraron de lo ocurrido poco antes de las 18. Se reconstruyó que Olivera Cunha estaba en un vehículo Toyota Corolla frente a un conocido bar del barrio que queda en la línea de frontera, en el inicio de la ruta nacional 101.

Lo que se dijo es que los asesinos se movilizaban en un Honda Titán negra y llegaron desde Brasil, dada la particularidad geográfica de la frontera seca. En esta instancia, los relevamientos indican que hubo un intercambio de palabras -algo que no ocurrió en casos anteriores- antes de que el hombre reciba una ráfaga de disparos.

Fueron entre tres y cinco impactos, la mayoría en el rostro, para luego huir al exterior nuevamente. Lindomar fue asistido por los presentes y se concretó el traslado al hospital local, aunque nada pudo hacer el personal médico y murió minutos después.

Por orden de las autoridades del Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro, el cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial para la realización de la autopsia.

Un hecho que emergió rápidamente en la víspera fue un ataque a tiros del propio De Olivera Cunha a un vecino en la localidad de Dos Hermanas. Ocurrió hace un mes, en los primeros días de abril. Por el caso se instruye una investigación judicial en el mismo juzgado.

Según revelaron fuentes policiales, los hechos ocurrieron en horas de la noche y fueron denunciados por un jornalero de 57 años. El hombre dijo que se detuvo en la ruta provincial 17, frente al mercado 3D,  para visitar a su pareja que vive en cercanías.

Sin dar detalles de un conflicto o una discusión previa, añadió que en esa instancia fue abordado por Lindomar, quien le lanzó fallidamente un golpe de puño. El denunciante expresó que siguió caminando y en esa instancia el ahora fallecido -que estaba acompañado por otro hombre- le efectuó un disparo de arma de fuego.

Dijo que no vio qué armamento tenía, pero que el proyectil impactó en su hombro.

Al respecto, desde la Policía de Misiones señalaron oficialmente ayer que los investigadores «no descartan un ajuste de cuenta en razón de que semanas atrás, después de una discusión, la víctima habría disparado con un arma de fuego a un hombre de 50 años, ocasionándole lesiones en su hombro, hecho que fue judicializado a través de la Comisaría de Dos Hermanas».

Los antecedentes

El último caso registrado en la frontera ocurrió el 28 de diciembre último. La víctima en ese entonces fue una docente identificada como Carla Betiana De Olivera, de 37 años. La mujer estaba en el asiento del conductor de un Renault Sandero Stepway de su propiedad cuando fue alcanzada por una ráfaga de balas.

Su marido, identificado como Ismael Sergio Batista C. (42), que estaba en el asiento del acompañante, también fue alcanzado, pero no resultó con lesiones de gravedad.

Todo ocurrió cerca de las 17.30 sobre la calle Malvinas Argentinas del mismo barrio Provincias Unidas, justo en el límite con barrio Obrero. La hipótesis trazada en ese momento indica que el sobreviviente era el verdadero destinatario de los disparos debido a que estaba ligada al contrabando, particularmente de vinos y combustible.

Sobre esto último, se dijo que era habitual verlo circular por ese mismo barrio en una camioneta con una cisterna arriba.

El 23 de septiembre la víctima fue Sebastián «Chany» Fernández Da Rosa (42), señalado como un peso fuerte en la frontera, quien al parecer habría logrado monopolizar el traspaso de cualquier mercadería en la frontera. Es decir, su depósito funcionaba como una aduana paralela en donde podía retirar lo comprado en el país extranjero y viceversa.

El hecho ocurrió cerca de las 9.30 en un depósito de mercadería ubicado en el límite con Brasil, sobre la avenida Tránsito Pesado, en su intersección con Saltos del Moconá. La víctima estaba recostada sobre una camioneta cuando el asesino llegó en su motocicleta y lo acribilló para luego darse a la fuga con destino desconocido.

2021 y más

Anteriormente habían sido asesinados en similares circunstancias Juan María López (50) y Rafael Antúnez de Olivera (45), ambos durante 2021. Sin embargo, además de estos hechos en la localidad se llora por el crimen de Ariel Camargo de Lara (19), no saben nada del paradero de Maximiliano (Pimentel 24), en cuya búsqueda terminó muerto a balazos su tío Diego (34).

Es decir siete muertes y un desaparecido relacionados al contrabando.

Juan María López (50) fue asesinado el 15 de mayo de 2021, cerca de las 12.55, sobre una calle interna del barrio Santa Rita, a pocas cuadras de la frontera seca internacional. De acuerdo a lo que pudo reconstruir este medio, López circulaba al mando de su camioneta Ford Ranger Limited hasta que una motocicleta con dos ocupantes se les cruzó enfrente.

Fue en esa instancia que el sujeto que iba como acompañante en la motocicleta extrajo un arma y sin mediar palabras abrió fuego en varias oportunidades. Los primeros datos recolectados por los investigadores señalan que en total se ejecutaron cinco disparos.

Luego de ello, los asesinos se dieron a la fuga sin robar nada. López llegó a ser trasladado en forma particular al hospital de Irigoyen, donde desafortunadamente media hora después falleció.

La autopsia reveló que el letrado tenía casi destruido el corazón a causa de los proyectiles, que antes atravesaron su pulmón. Es decir, un ataque de muerte certero, aunque aún los investigadores no tienen los elementos para afirmar que esto fue producto de la profesionalidad de quien efectuó los tiros.

El asesinato de Rafael Antúnez de Olivera (45) ocurrió poco después de las 20 del 18 de noviembre, en pleno centro de la localidad, frente a una de las plazas principales y dos cuadras de la comisaría. En esta oportunidad, mediante las cámaras de seguridad, se pudo establecer que se trataba de un solo asesino.

La víctima se movilizaba junto a un adolescente allegado a la familia en una camioneta Chevrolet Montana sobre la avenida principal de la localidad fronteriza, Andrés Guacurarí, a pocas cuadras de la comisaría local. Se detuvo en un semáforo y ese se convirtió en el sitio de su fin.

Según detallaron fuentes que intervinieron en la investigación, recibió tres disparos en la cabeza, lo que marca la presencia de un criminal a sueldo. Los tres orificios de bala fueron localizados, dos en la zona parietal izquierda y el restante debajo de la oreja del mismo lado. Dos de los proyectiles causantes de esas heridas quedaron alojados en el cuerpo fueron rescatados.

Fuente: El Territorio