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Apolinario Sanabria: El último timonel del crucero General Belgrano antes de ser torpedeado

En el marco del homenaje por los 41 años del hundimiento del Crucero General Belgrano que provocó la muerte de 323 personas el 2 de mayo de 1982 por el ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror, en plena Guerra de Malvinas, Concordia realizó un acto donde estuvo presente Apolinario Sanabria, el último timonel del crucero hasta el momento de recibir los torpedos de la nave inglesa.

En diálogo con cronistas de diario EL SOL-Tele5, el navegante expresó: «Yo fui el último timonel que tuvo el crucero General Belgrano, porque cuando yo tenía que entregar la guardia, vino el primer torpedo que impactó al crucero». «Uno no se olvida ese momento, me lo llevaré hasta mis últimos días», agregó.

«Yo recuerdo que en ese momento no había temor ni se sentía miedo, pero luego de que me rescataron tuve que pedir unas pastillas en la enfermería para los nervios. El después es lo que no se aguanta, pero en el momento no te das cuenta y estás con la mente pensando en sobrevivir, contó Apolinario.

Respecto de su rango militar, Sanabria recordó: “Yo era cabo principal, que es lo mismo que ser sargento para Ejército. En la guerra, luego del hundimiento del crucero General Belgrano, estuve unas 42 o 43 horas horas en el agua, mentalizado en querer vivir».

Sobre su odisea en el océano, el veterano concordiense relató: «Pasé un frío que ustedes no se imaginan y hoy en día me encuentro padeciendo problemas porque me considero una persona friolenta. En ese momento, nosotros soportábamos temperaturas entre los 10 y 12 grados bajo cero, olas de 10 metros de altura y vientos de 140 kilómetros en la hora; todas esas dificultades pasamos».

Sanabria fue rescatado de una balsa «hasta que nos rescató un buque de guerra nuestro, el cual era uno de los destructores que andaba con nosotros. Pasamos en el agua en pequeñas balsas inflables».

«He tenido muchas secuelas, porque después de que te rescatan te ponés a pensar y te preguntás cómo lo afrontás. Te podés apoyar en tu familia, tus seres queridos, pero nada te va a sacar esa sensación, no hay pastillas que lo solucionen», admitió Apolinario, un héroe de las frías aguas del Atlántico Sur.