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Descubren filtraciones de radiaciones en el hospital

Los resultados de un estudio encarado desde el Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica (Cicyttp) develaron serias deficiencias en las instalaciones de Radioterapia del hospital San José de Diamante. El estudio, liderado por la doctora Verónica Martínez Marignac, también acerca avances en torno a la posibilidad de aplicar una sustancia radioprotectora, sobre todo en personas que de manera crónica están expuestas a estas radiaciones.

Mónica Borgogno

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A raíz de un trabajo que la investigadora Verónica Martínez Marignac viene llevando adelante en materia de radiobiología y cáncer, desde el Cicyttp – Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción que depende de Conicet, gobierno de Entre Ríos y UADER- que funciona en Diamante, se descubrieron una serie de filtraciones de radiaciones en las instalaciones del Hospital San José de esa localidad, así como deficiencias en el sistema de protección.

Enseguida se alertó a las autoridades del nosocomio y sobre todo, se advirtió a los empleados que a diario se ven sometidos a una exposición crónica a las radiaciones.

La situación se comenzó a observar hacia 2018 cuando al desarrollar una serie de análisis y mediciones con dosímetros Geiger Muller -instrumento para medir la radiación ionizante-, detectaron que trabajadores que se desempeñaban en el búnker o cerca de la sala de Radioterapia, recibían radiación mayor y por sus estudios genéticos, tenían mayor porcentaje de daño al ADN que los que trabajaban más lejos.

Transcurrido el tiempo que demandaron los estudios correspondientes, llegó la pandemia y la situación seguía igual. En marzo pasado, autoridades de Salud de la provincia estuvieron en Diamante para inaugurar un nuevo mamógrafo pero nadie se percató ni dijo nada respecto de las condiciones en las que se trabaja en el área de Radiología del lugar y en donde colocaron el nuevo equipamiento.

La voz de alerta llegó a UPCN que mandó al bioingeniero Paulo Cherbiy, especialista en Seguridad e Higiene, de la Secretaría de Condiciones y Medioambiente de Trabajo del gremio, para constatar el estado estructural del nosocomio. De esa visita, el Sindicato realizó un informe en el que se exponen diversas fallas. “En el área de revelado de placas hay revestimientos rotos, grietas en paredes e instalaciones eléctricas irregulares, con sus consecuentes riesgos radiológicos, eléctricos, químicos y de incendio, entre otros. En la sala de rayos, en tanto, se detectaron roturas en los revestimientos y deficiente blindaje de los rayos X, con la posibilidad de dispersión de los mismos a sectores contiguos. Además, no se encontraron dosímetros ambientales ni personales, los cuales deberían estar a la vista. También se detectaron falencias en el área de ingreso y en la sala de comandos”, dice el documento.

El informe en cuestión es tan contundente como preocupante sobre todo para aquellos trabajadores de la salud que a diario se exponen a radiaciones en los distintos hospitales de la provincia.

Verónica Martínez Marignac lleva adelante una serie de líneas de investigación

referidas a radioprotección.
DAÑOS

EL DIARIO dialogó con la investigadora Verónica Martínez Marignac, licenciada en Genética -cuyas investigaciones dieron origen a la intervención del gremio de los estatales-, con la idea de que comparta detalles de ese trabajo y las múltiples líneas afines a las que se aboca. Ella es Licenciada en Genética con especializaciones doctorales en Antropología molecular y Oncología. Oriunda de Paraná, Martínez Marignac recaló de nuevo en la provincia, proveniente de Canadá, merced al plan de repatriación de científicos, en 2014. Y desde entonces investiga en el Cicyppt.

“Entre 2017 y 2018 trabajamos en esta investigación sobre radiología y cáncer. Estudiamos la exposición a bajas dosis de radiación de forma crónica y el riesgo a contraer cáncer, a la vez que estudiamos cómo prevenir o proteger a pacientes y operarios de estas formas de exposición a rayos. No solo relevamos esos grados de exposición radiológica en operarios de hospitales, sino también en la industria, en aduanas o migraciones, en los viajes al espacio y en vuelos de avión. Empezamos por hacer estudios para ver qué sucedía con la exposición crónica a radiación de los operadores y empleados del Hospital San José, con la idea de validar un modelo comerciable de una sustancia que sirva como radioprotector”, contó la investigadora al tiempo que dio cuenta de las etapas que sortearon para arribar a unos resultados más que prometedores.

“Hicimos estudios en animales a los que sometimos a radiación de baja gradación como una mamografía y vimos que lograban tener daño en células blancas, en los linfocitos de la sangre. Luego pudimos evidenciar ese daño en el ADN con una técnica que data de los ‘80. Detectamos un incremento de 60 % de daño, lo que significa cortes en el ADN. Hay que aclarar que estos cortes son algo que sucede a menudo porque estamos todo el tiempo, expuestos a radiaciones cósmicas, random al interior de nuestra casa u oficinas, o cuando

viajamos en avión. También el personal de aduanas y migraciones, donde los trabajadores están en permanente contacto, cerca, de unos enormes aparatos de rayos X, está crónicamente expuesto, por caso”, especificó.

LOGROS

En particular se detuvieron a estudiar la aplicación de una sustancia que pudiera radioproteger a la población. Como es sabido, en todo trabajo de investigación, las primeras pruebas se hacen en animales. “Les dimos a ratones, unas sustancias radioprotectoras, que son de comercialización libre en Estados Unidos, conocidas con el nombre de Essiac y que se venden como un antitumoral. Lo probamos como radioprotector y también les dimos vitamina C por 14 días, y tras la exposición a radiación vimos que los que habían recibido la sustancia -que es un té ancestral de diferentes hierbas-, el nivel de daño bajaba al 4 % y los que habían tomado vitamina C, al 12 %”, resaltó Martínez Marignac.

A partir de tales resultados, se plantearon hacer lo propio con la gente que opera de manera cotidiana en inmediaciones de las radiaciones. “Pedimos permiso a Hospital San José y así evaluamos en qué estado estaba cada uno de los operarios. Hicimos análisis de sangre a personas que trabajan en distintas zonas, más o menos cerca del área de Radiología del nosocomio. Dependiendo de la distancia a la fuente de radiación, constatamos más daño en quienes se desempeñaban en el área de rayos que en aquellos que se encontraban a más de 20 metros. El daño era del 38 % comparado con la población común. No analizamos al paciente porque sabemos que si se prescriben, los rayos x se justifican en un estudio por el balance riesgo-beneficio, no queda otra opción”,

apuntó la investigadora quien aprovechó para aclarar que para hacer este tipo de estudios con personas se cumplimenta otra serie de protocolos científicos.

“Como participantes de una investigación con consentimiento informado, en 2021 comunicamos los resultados obtenidos a los operadores y al director del Hospital San José, para ver qué se podía hacer o cómo se continuaba. Y ahí intervino UPCN. Es que cuando llegó el mamógrafo nuevo, los empleados se preocuparon, vieron que lo colocaron en una habitación separada de otra por un muro de durlock y advirtieron al gremio”, añadió.

“Nosotros les dijimos a las personas que sigan tomando antioxidantes que está demostrado que tanto la vitamina C, jugo de cítricos o vitamínicos, son radioprotectivos. Si bien el sistema biológico tiene un sistema enzimático y hormonal de limpieza de radicales libres y daño al ADN propio, si la radiación es permanente, generalmente queda una mutación que al azar puede alojarse en cualquier parte y así elevar el riesgo de cáncer. Por eso sería importante la aplicación de este té”, explicó Marignac.

Con personal del hospital comenzaron a probar la ingesta de un té de hierbas específicas, con propiedades radioprotectoras.
Una medicina natural y ancestral

Essiac es el nombre de una fórmula de 8 ingredientes naturales que incluyen acedera, bardana, berro, cardo bendito, quelpo, olmo resbaladizo, ruibarbo turco y trébol rojo. Estos en conjunto son poderosos antioxidantes que ayudan a proteger de los radicales libres.

Este té surgió de los nativos Ojibwa de Ontario, Canadá. La Licenciada en Enfermería Rene Caisse lo descubrió de una paciente británica que se había mejorado de cáncer de mama gracias a este té y luego ella utilizó esta fórmula para tratar pacientes de diversos tipos de cáncer, incluyendo a su tía y su madre, quienes sobrevivieron muchos años tras sus mejorías.

¿Qué otras características tiene este té?

Con este te radioprotector estamos en tratativas con Anmat para que se lo apruebe como cualquier te y se lo pueda ingresar a la Argentina. En Paraguay se lo puede conseguir de forma comercial. Es un té antioxidante y antitumoral, hecho de hierbas, que en sabor y aspecto es como un matecosido. Esa bebida fue la que se probó primero en ratones – haciendo todos los procedimientos que nos avala el comité de Ética-, y a las 34 semanas tenían el pelo brilloso, juguetones y no tenían daño genético después de someterlos debajo de una lámpara de rayos. Hicimos un segundo estudio y se confirmaron los mismos resultados. Entonces ya con procedimiento informado a las personas, a unos 24 empleados del hospital de Diamante, les dimos de tomar este té y a otros matecocido, a ciegas, como placebo y constatamos que no fue tóxico, aunque todavía no podemos decir que es radioprotector. Al margen, uno de ellos había manifestado náuseas pero resulta que había tomado matecosido.

Hoy el Ministerio de Salud de la provincia está en tratativas para que ese estudio retrospectivo sea avalado y podamos afrontar la fase 2. Esto significa que en breve, con la autorización de Anmat y Salud, podamos estudiarlo con pacientes con cáncer y bajo radioterapia. Hasta aquí este té se vende como antitumoral, no como radioprotector.

Acciones posibles y urgentes

Qué pasa con la infraestructura del resto de las instalaciones de salud pública o privadas de la provincia, se le preguntó a Martínez Marignac. Si bien por falta de recursos con su equipo no podrían relevar todo el sistema sanitario en la provincia, sí hay un área encargada de velar por el control, higiene y seguridad de salud.

No obstante, expresó que según le consta “en el Hospital Lister de Seguí hay excelentes instalaciones y se observaron bajísimos niveles de daño en células blancas. El director de dicho nosocomio logró tener las instalaciones en condiciones y consiguió subsidios para poner todo en condiciones. Y en un dispensario deL departamento Diamante detectamos filtraciones de radiaciones.  Hay que prevenir, prevenir es ganar económicamente para el Estado, de modo de tener trabajadores sanos”.

En otro tramo de la entrevista la especialista deslizó no sin inquietarse, que en el territorio provincial hay otros frentes para prestar atención, otras actividades que producen enfermedad. “En Entre Ríos tenemos minería abierta con la producción de las canteras y la broza que se termina tirando en las aldeas y que eleva el riesgo a silicosis en niños. Nos dicen que los chicos que se la pasan tosiendo son alérgicos, sin embargo la tos no es síntoma de alergia, es afección pulmonar: Los sílices en pulmones son incurables pero prevenibles”, sostuvo.

En cuanto a lo que es preciso poner en marcha, la investigadora insistió: “El Estado tiene que invertir en plomar las instalaciones para protección de los ámbitos”.