La Bolsa de Cereales provincial comunicó que unas 446.000 hectáreas fueron sembradas con soja de primera durante la temporada agrícola 2022/23 en Entre Ríos, que debido a la sequía calificada como la peor de los últimos 60 años y las altas temperaturas, se estima como la peor campaña de los últimos 23 años. Podría haber pérdidas de $500 millones.
Los últimos días comenzó la cosecha de la oleaginosa, que se retrasó producto de la elevada humedad actual del grano. Asimismo, el 2022, según la Bolsa, fue el año «más seco de los últimos sesenta» períodos, y el trienio 2020/21/22, se destaca como el más seco «jamás observado».
Los registros pluviales en Entre Ríos se posicionan entre los diez más bajos de los últimos 60 años, con lluvias hasta seis veces menores a lo normal. Ese escenario, y las temperaturas por encima de los valores normales, provocó una casi nulidad de reservas hídricas y un marcado avance de la sequía en el suelo entrerriano, con retraso de siembras, resiembras, y fuertes consecuencias sobre los cultivos.
En ese marco, se espera un rendimiento promedio provincial un poco superior a los 800 kilogramos por hectárea, muy por debajo de las expectativas y los promedios históricos, debido al bajo peso de la semilla.
Respecto a la temporada anterior donde el rendimiento promedio fue de 2.536 kilos por hectárea, la caída se estima en un 68% (1.716 kilogramos) y de 61% (1.287 kilogramos por hectárea) sobre el promedio del último lustro.
También los productores que iniciaron los trabajos de cosecha detectaron una mala calidad del grano, que presenta elevados porcentajes de grano verde y quebrado.
Por otra parte, la Bolsa analizó imágenes satelitales a través del Índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI, por sus siglas en inglés), que con vegetación sana y densa debería estar por encima de 0,5 cada año.
En los ciclos agrícolas 2008/09 y 2017/18, los de menor rendimiento de la soja que se tiene registro, el valor promedio de NDVI se ubicó cercano a 0,55, pero el promedio de enero y febrero 2022/23 es de 0,46. Por eso, la entidad bursátil consideró a la vegetación de la provincia «muy estresada y cercana a la senescencia».
Comparado a un rendimiento normal, Entre Ríos prevé una pérdida de alrededor de $500 millones en toda la provincia.