La diferencia cambiaria con Argentina es una de las preocupaciones más grandes para las personas que viven en la frontera de Uruguay y, lejos de solucionarse, cada vez se incrementa más la brecha de precios, así como sus consecuencias: menos ventas para los comerciantes de la zona, afectación directa de la actividad económica y más desempleo en los departamentos del litoral. Si bien el contexto actual es particularmente grave, esta problemática no es reciente y responde, en cierta medida, a elementos que ya son estructurales. ¿Qué hacer frente al desafío?
En el último relevamiento del Indicador de Precios Fronterizos (IPF) del Observatorio Económico de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), correspondiente a marzo, los precios de Salto mostraron una diferencia del 127% respecto a los de Concordia. Esto quiere decir que fue, en promedio, un 127% más caro comprar los mismos productos en Uruguay que en Argentina.
Esta cifra, si bien sigue siendo elevada, mostró un leve descenso respecto del relevo anterior, en enero, cuando el IPF registró una diferencia del 144%. Para la economista María José Medín, responsable del estudio de precios fronterizos de la UCU, el motivo de esta reducción no estuvo en las medidas implementadas por el gobierno en función de paliar la brecha. «El tipo de cambio se mantuvo estable, lo que hubo fue un aumento de la inflación en Argentina a la vez que hubo una desaceleración de la inflación en Uruguay», explicó en diálogo con Ámbito.com.
La brecha cambiaria, un problema coyuntural y estructural
El contexto actual es grave en términos de la diferencia cambiaria, con el 100% de los productos de la canasta relevada por la UCU —30 productos— siendo más caros en Uruguay que en Argentina. En algunos artículos, la diferencia supera el 300%, y un cuarto de los productos son entre un 200% y un 300% más caros en el territorio que en el país vecino.
Mientras tanto, la caída en las ventas para los comercios de frontera repercute directamente en la baja de empleo: Salto es el departamento con mayor índice de desempleo superando el 14%, según los últimos datos desagregados disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a febrero. También subió el desempleo en Artigas y Paysandú (12,7% y 10,5%, respectivamente), mientras en Río Negro cedió pero por una baja en la tasa de actividad.
Si bien la brecha de precios se redujo, desde el Observatorio Económico de la UCU esperan que mayo traiga un nuevo incremento, tal como explicó Medín a este medio.
— En mayo comienzan un nuevo relevamiento de precios, ¿qué esperan encontrar en las góndolas de ambos países y cómo puede afectar el IPF?
El próximo informe saldrá en los primeros días de junio, y la referencia saltó mucho: el tipo de cambio que utilizamos es el promedio del dólar blue publicado por Ámbito Financiero de Argentina, y en las últimas dos semanas subió mucho. Entonces, la diferencia de precios va a ser mayor. El valor promedio es de 382 pesos en la última diferencia que está medida, y ya hoy el blue está alrededor de los 350 pesos. Se va a agrandar la brecha.
— ¿Cuál es la importancia del Indicador de Precios Fronterizos para el seguimiento de la problemática de la brecha de precios?
La importancia de tener la diferencia de precios medida y de tener una serie a lo largo del tiempo es que podemos encontrar aspectos más estructurales que coyunturales: si bien la coyuntura lleva a ampliar la brecha de precios, algunos rubros siempre fueron más baratos en Concordia, incluso cuando el tipo de cambio no explicaba tanto la diferencia.
Por ejemplo, en bebidas alcohólicas y cigarrillos o también en productos del hogar como jabón de limpieza o detergente, o en la división de bienes diversos que incluye artículos como pasta dental, shampoo, desodorante y papel higiénico; incluso cuando el blue no explicaba la brecha, había una diferencia del 30%. Entonces este indicador, a lo largo del tiempo y de diferentes situaciones, es una radiografía más estructural.
— ¿Y a qué se debe esta diferencia estructural en los precios entre ambos países?
En Uruguay, para algunos productos hay poca competencia, hay una estructura oligopólica de pocos importadores que genera cierto poder de mercado para fijar los precios. Ahí puede haber, desde el punto de vista estructural, una causa.
Asimismo, como todos sabemos, hay también algunos costos altos de producción que nos hacen menos competitivos, como los costos de energía, de servicios públicos y determinado nivel de impuestos altos. Eso hace a la competitividad en el mediano plazo como la diferencia del tipo de cambio a la coyuntura.
— El Banco Central bajó recientemente las tasas de interés de referencia, justamente, para tratar de responder a un reclamo por la baja competitividad del país. ¿Puede esto impactar positivamente en la brecha de precios?
Mientras el dólar suba en Uruguay y se achique un poquito la diferencia cambiaria, también podría achicarse la diferencia de precios, siempre y cuando en Argentina no siga disparándose el blue, que no haya una depreciación o devaluación en Argentina más grande que en Uruguay. Acá el problema es que todas las variables se mueven a la vez, el resultado es la combinación de todas las variables a la vez.
«Somos víctimas de la situación en Argentina»
— ¿Son correctas o suficientes las medidas tomadas por el gobierno para paliar la situación, en principio, desde su aspecto coyuntural? ¿Qué debería hacerse?
Todas las medidas que puedan tomar tanto el gobierno nacional como los gobiernos departamentales son importantes para paliar la situación de la coyuntura actual que está muy grave, pero no solucionan el problema de fondo. Contra esa realidad hay que tomar otras medidas más profundas, como abrir a la competencia algunas importaciones o mejorar la competitividad de las tarifas públicas, es decir, bajarlas. Habría que atacar eso.
Y si bien las medidas que se puedan tomar en estos momentos son medidas que pueden paliar un poco la cuestión, no podemos perder de vista que hoy el que tiene que arreglar el tema es Argentina. Nosotros estamos siendo víctimas de una situación Argentina que no va a cambiar en el corto plazo. La diferencia de precios se va a profundizar hasta que Argentina no modifique sus problemas macroeconómicos, y en eso los gobiernos uruguayos no pueden hacer nada.
Pero sí es importante que se tomen medidas a nivel local mientras se pueda. Todos los proyectos de ley que surgieron a partir de esta situación de frontera son buenos. Eso sí: desde el Observatorio decimos que la política de frontera va más allá de las medidas que se puedan tomar solo en consumo. También implica reglamentaciones, regulaciones y modernizaciones en tema trabajo, relaciones entre los países, es mucho más que una situación cambiaria o de consumo de un lado o del otro. Todo el mundo se focaliza en lo coyuntural, pero ¿por qué no pensamos en el mediano plazo, en el largo plazo?
(Ambito Financiero)