El 1 de junio de 2023, cuando se terminaba una de las audiencias por el juicio contra 11 agentes de la Policía de la Ciudad acusados del crimen y el encubrimiento del futbolista juvenil Lucas González, Héctor Claudio Cuevas levantó la mano y pidió ampliar su declaración: contó cómo algunos de sus compañeros armaron la logística destinada a plantar un arma de juguete en el auto de los chicos para que el asesinato, ocurrido en noviembre de 2021 en el barrio porteño de Barracas, se confundiera con un “enfrentamiento”.
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº29 comenzó el viernes pasado el juicio en el que el oficial Facundo “Cachorro” Torres (26) está acusado de haber proporcionado el arma de utilería que fue colocada en el vehículo donde viajaban Lucas y sus amigos. Según la fiscalía, es responsable de “encubrimiento agravado” y de participar en delitos de “falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad”.
Este miércoles, el fiscal Sandro Abraldes, a cargo de la Fiscalía General ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional N°27, solicitó la pena de seis años de prisión para Torres y que sea inhabilitado por diez años para ejercer funciones públicas y para portar armas.
Además, Abraldes pidió que el tribunal declare que Lucas González y sus amigos fueron víctimas de violencia institucional y policial, sin haber tenido participación en un enfrentamiento armado con la policía. Esta declaración busca reconocer la grave afectación a los derechos humanos de los jóvenes.
El juicio por el asesinato de Lucas González ya ha resultado en condenas a prisión perpetua para tres policías de la Ciudad, considerados coautores del homicidio agravado. Otros seis efectivos de la misma fuerza recibieron penas de entre cuatro y ocho años por diversos delitos.
El fiscal Abraldes destacó la “solidaridad criminal” con la que actuaron los policías, señalando que el papel de Torres fue crucial en la escena del crimen. Según el fiscal, si el arma plantada hubiera sido aceptada como evidencia, la impunidad de los policías y la condena de los jóvenes habrían estado aseguradas.
El crimen de Lucas ocurrió la mañana del 17 de noviembre de 2021, cuando tres policías de la Brigada 6 de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 interceptaron el vehículo en el que viajaban González y sus amigos.
Los oficiales dispararon contra el auto, y uno de los proyectiles impactó en la cabeza de Lucas, quien falleció al día siguiente en el hospital “El Cruce” de Florencio Varela. Luego, se llevó a cabo un operativo en la zona que culminó con la detención de los amigos de González. Inicialmente, no se observó un arma en el auto, pero posteriormente se encontró la pistola de utilería.
Durante el juicio, se presentaron videos y audios que mostraban la manipulación de la escena del crimen y las comunicaciones entre los policías involucrados. El fiscal Abraldes ha subrayado que la actuación de Torres, de no haber sido descubierta y señalada por Cuevas, habría garantizado el éxito de la maniobra policial.
Además, el funcionario judicial ha mencionado que, según rumores dentro de la fuerza, Torres se jactaba de haber colocado el arma en el auto.
Cuevas, que luego fue condenado a 4 años de prisión e inhabilitación por una década por encubrir y alterar las pruebas, dijo en una entrevista posterior con este medio: “Siempre quise hablar, pero no tenía las garantías suficientes. Este tribunal y mi abogado, el doctor (Reinaldo Nino) Arena, me dieron las garantías y pude expresar y decir lo que sé. Mi vida no vale nada…”.