Una madre de cuatro hijos menores salió a implorar públicamente una ayuda económica ya que está imposibilitada de trabajar y sus criaturas están “sin comer”, según reveló una familiar de su entorno que fue la primera que se animó a pedir asistencia. El estado actual de la progenitora fue consecuencia de un siniestro vial que la dejó convaleciente. Ahí empezó un itinerario para reponer su salud que incluyó una denuncia contra un médico por “mala praxis” y “maltrato”. Permanece postrada, sola, con el agravante que sus padres atraviesan internaciones derivadas de serios problemas de salud.
La víctima es una joven santarroseña de 32 años que tiene chicos de 13, 11 y mellizas de ocho años. Contó que su vida cambió con un accidente que sufrió el 29 de marzo, aproximadamente a las 7.45, en el cruce de Pío XII y Lope de Vega. Aquel día se conducía a su trabajo en bicicleta y, al llegar al sitio señalado, fue embestida por un automóvil, cuyo conductor sería un efectivo de las fuerzas de seguridad. Sufrió heridas gravísimas en un pie que le impiden desplazarse y ahora aguarda por una segunda cirugía que reponga un poco su estado.
Tuvo tres quebraduras en el pie izquierdo, una de ellas expuesta. Relató que enseguida fue enviada en ambulancia al Hospital René Favaloro, donde un médico la revisó y le dio el alta una hora después. Pero, obligada por el fuerte dolor, al día siguiente concurrió nuevamente al centro asistencial y recibió un calmante de parte del mismo profesional que le ordenó que regresara a su hogar. “El domingo 31 ya no me pude levantar. Hice una infección que se diseminó a las articulaciones: me operaron y no quedé bien”, lamentó a Diario Textual.
Recordó que el lunes siguiente una enfermera llegó a su casa y descubrió la infección al quitarle las vendas y el yeso porque no entendía la existencia de una hemorragia proveniente de una herida causada tres días antes. El martes 2 de abril entró de urgencia al quirófano y una doctora la salvó de una amputación. “Si esperaba otras 24 horas perdía parte de la pierna”, recordó que le dijo la médica.
“Actualmente no puedo caminar porque la infección que atravesé promovió una artrosis que me impide apoyar la pierna. Me explicaron que tengo lo que se denomina ‘pie de caballo’ dado que me quedó de costado”. Aseguró que la tienen que volver a operar, aunque el pie le quedará fijo sin recobrar sus movimientos y funciones naturales.
A todo esto, estuvo unos cuarenta días internada con antibióticos en el post operatorio. Durante su estadía, una asistente social, de muy buena manera, le gestionó un subsidio de 35 mil pesos que obviamente no le alcanzan para vivir y criar a sus hijos. “La aseguradora del automovilista que me chocó afrontará supuestamente los costos que le correspondan recién después de mi próxima intervención quirúrgica. Estoy desesperada porque no puedo movilizarme y tengo hijos para alimentar: necesito ayuda”, imploró la joven, que vive en la vivienda de la madre porque obviamente no puede afrontar un alquiler. La complejidad del cuadro radica también en que se ve imposibilitada de acompañar a sus pequeños hijos hasta un comedor, por su situación de salud.
Las y los interesados en colaborar y quieran ayudarla podrán comunicarse al teléfono 2954 15- 393589.