septiembre 05 08:53 2024 Imprimir noticia
Así lo indica el informe sobre el primer semestre del año que ubica la cifra en 52%. En tanto, la indigencia trepó al 17,9% en el mismo período. Las cifras representan un aumento significativo frente al 41,7% y 11,9% registrados por el Indec en 2023.
El Observatorio de la Deuda Social (ODSA) que elabora la Universidad Católica Argentina relevó que la pobreza alcanzó al 52 por ciento de los argentinos durante el primer semestre de este año, lo que constituye la cifra más alta desde el año 2004. En comparación con el primer trimestre el índice bajó.
En tanto, la indigencia trepó al 17,9 por ciento en el mismo período.
El Observatorio de la Deuda Social (ODSA) que elabora la Universidad Católica Argentina relevó que la pobreza alcanzó al 52 por ciento de los argentinos durante el primer semestre de este año, lo que constituye la cifra más alta desde el año 2004. En comparación con el primer trimestre el índice bajó.
En tanto, la indigencia trepó al 17,9 por ciento en el mismo período.
Las cifras representan un aumento significativo frente al 41,7% y 11,9% registrados por el Indec en 2023.
Comparación con la pobreza de 20011
El director del Observatorio, Agustín Salvia, dijo al diario Infobae que la situación no llega a ser tan crítica como en 2001-2002 porque el desempleo, aunque aumentó en los últimos meses, no es tan elevado como en aquel entonces, cuando se ubicaba en dos dígitos, cerca del 20%.
Sin embargo, alertó que la pérdida de puestos de trabajo en el sector informal de la economía y las bajas remuneraciones de los trabajadores formales del sector privado, son los dos factores que mantienen los niveles altos de pobreza e indigencia.
Los números de la pobreza, por trimestres: cayó con respecto al primero
Dividido en trimestres,los valores arrojaron 54,9% pobres y el 20,3% de indigentes en los primeros tres meses del año. En tanto, en los tres meses restantes los indicadores llegaron al 49,4% y 15,9%, respectivamente.
Desde el ODSA indicaron que la leve baja se debe a la caída de la inflación acompañada de un aumento en los salarios de los empleados formales del sector privado, que recuperaron solo parte de lo perdido en enero, febrero y marzo.
La recomposición fue menor entre los empleados del sector público.
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