A mediados de este mes se cumplirán 16 años desde que fue encontrado el cadáver de Micaela Reina, la niña de 11 años que fue violada y asesinada en Guaymallén. Y durante todo este tiempo, la Justicia se ha sumergido en un laberinto que hasta el día de hoy sostiene dos hipótesis contrapuestas. A partir de este lunes, la escandalosa investigación sumará un capítulo más en su derrotero.

Desde las 14 horas, Marta Silvia Reina (55) y Ramón Osvaldo Duarte (65) se sentarán en el banquillo de acusados por segunda vez en su vida. La madre y el padrastro de la víctima fatal están imputados por abuso sexual seguido de muerte y arriesgan una potencial condena a prisión perpetua.

Se trata del tercer juicio que se realiza por el crimen de Micaela Reina ya que la primera teoría de la investigación apuntó contra el padre biológico de la menor, Alejandro Prádenas. En 2009 este último fue condenado por el hecho y hace pocos años la Suprema Corte de Justicia ratificó la sentencia, aunque la acusación en su contra terminó prescribiendo y quedó libre.

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En medio de esas idas y vueltas, otro fiscal abrió una nueva línea investigativa con Marta Reina y Ramón Duarte potenciada por una importante cantidad de evidencias: un ADN positivo y hasta la propia confesión del hombre sobre «relaciones sexuales» que tenía con la niña -ver más abajo-. Ambos fueron juzgados pero terminaron absueltos en un fallo polémico. La Corte provincial, la misma que había ratificado la condena contra el padre biológico, revocó el fallo y ordenó a realizar un nuevo juicio contra la pareja, que llega en libertad a esta instancia.

Este nuevo debate comenzará el lunes y tiene previsto extenderse hasta el viernes. La acusación estará encabezada por el jefe de la Fiscalía de Homicidios Fernando Guzzo, mientras que los sospechosos estarán representados por defensores oficiales.

Serán los jueces Mateo Bermejo, Laura Guajardo y Belén Renna los encargados de impartir Justicia y, tal vez, determinaron quiénes fueron los asesinos de la niña de 13 años.

Marta Reina y Ramón Duarte, acusados por la muerte de Micaela Reina (11)

El caso Micaela Reina

El 17 de mayo de 2007 encontraron el cadáver de Micaela Reina en un piletón de una bodega abandonada en calle Sarmiento. Los forenses determinaron que la pequeña de 11 años murió asfixiada y, además, había sido abusada sexualmente.

Su madre, Marta Reina, encabezó los pedidos de Justicia por el crimen en Guaymallén que se replicaron en distintos medios. Su discurso fue claro: apuntó contra su expareja y padre de la víctima, Alejandro Prádenas.

La investigación estuvo plagada de contradicciones, pero así y todo el hombre llegó a juicio en 2009, imputado por privación de la libertad agravada. Fue condenado a 6 años de prisión, pero como estaba libre siguió en las calles ya que el fallo no quedó firme: fue apelado por sus abogados. Un año después, la Suprema Corte de Justicia le dio un cachetazo. Agravó su pena a 15 años de cárcel por abandono de personas seguido de muerte. Prádenas debía caer detenido, pero escapó y quedó prófugo

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Mientras las autoridades trataban de dar con su paradero, el entonces fiscal especial Santiago Garay comenzó una pesquisa con otra línea totalmente distinta. Apuntó contra Marta Reina y Osvaldo Ramón Duarte, con quien supo estar casada. Esta última teoría tiene pruebas importantes: semen de Duarte que se halló en la ropa que tenía puesto el cadáver, la propia confesión del padrastro sobre los abusos contra la niña, el testimonio de una prima de Marta Reina quien aseguró que a la mujer «se le fue de las manos lo de prostituir a Micaela» y además varias contradicciones en sus distintas declaraciones que ha prestado la madre de la menor. Sin embargo, los jueces Gabriela Urciuolo, Agustín Chacón y María Alejandra Mauricio terminaron absolviendo a ambos en 2014.

En abril de 2017, el padre biológico de Micaela fue capturado en la Quinta Sección de Ciudad y pasó a cumplir la condena en su contra. Años después la Suprema Corte ratificó la sentencia condenatoria pero meses después sus abogados presentaron un recurso ante la Corte nacional. A la espera de esa respuesta definitiva, la causa prescribió y Prádenas quedó libre.