Por lo tanto, sólo podrá presentar candidatos en Maipú, aunque desde la Junta Electoral no quieren confirmarlo formalmente hasta que no se haya escrutado la totalidad de las mesas.
¿Qué ocurrió? ¿Los votos que antes eran de la izquierda se van a los espacios liberales de derecha y centro derecha? Y si eso pasa, ¿a qué se debe?
¿Cómo es que la alianza que construyeron en 2011 el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Partido Obrero (PO), la Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) pasó de obtener el 15% de los votos en la provincia a pelear con el cuchillo entre los dientes para cruzar el porcentaje mínimo que establecen unas PASO municipales?
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El caso de Maipú
Como se mencionó más arriba, para la izquierda la excepción de las PASO del domingo fue Maipú. Con el 99.55% de las mesas escrutadas, los datos revelan que en la categoría de intendente el FIT-U consiguió el 3,34% de los votos positivos y en la de concejales el 3,64%. Con lo que -a pesar de algunos malentendidos- todo indica que metería candidatos para ambos espacios.
En consecuencia, el médico Nicolás Cortez (PO) se prepara para estar entre las opciones como candidato a conducir la comuna; y la técnica en petróleo Sofía Adaro (PO) encabezará la lista de concejales.
La discusión se suscitó en algún momento porque en la página oficial donde se muestran los resultados electorales la cifra que se le atribuye al FIT es menor al 3%, pero eso se debe a que los porcentajes no fueron calculados de acuerdo a la cantidad de votos afirmativos válidamente emitidos, como reza la normativa.
Vale resaltar que el artículo 29 de la ley 8.619 indica que «las agrupaciones políticas solo podrán participar de la elección general postulando candidatos (…) cuando hayan obtenido como mínimo un total de votos, considerando los de todas sus listas internas, igual o superior al tres por ciento (3%) de los votos afirmativos válidamente emitidos en el distrito de que se trate«.
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Sófía Adaro, Nicolás Cortez y Víctor da Vila.
El declive y la idea de renovar
Consultado por este diario, el precandidato a la gobernación Víctor da Vila (PO) conjeturó que lo de las unas maipucinas es parte de un proceso interno que podría modificar el derrotero a la baja que traen «los troskos» en la provincia desde aquella elección histórica de 2013, unas legislativas en la que cosecharon el 14,21% de los sufragios.
Según Da Vila, una parte del FIT se centró en tareas «de palacio» durante los últimos años y eso fue un error Según Da Vila, una parte del FIT se centró en tareas «de palacio» durante los últimos años y eso fue un error
«Si mirás el mapa, ves que nos fue muy bien en el Este de Maipú, la zona más ‘prebeya’. Luego tenés una caída abrupta en Luzuriaga, Gutiérrez y el Centro. Esa presencia en los barrios populares se debe a que en el departamento hay un gran comité del PO que organizó a unos 200 compañeros para salir a pelear voto por voto; y se diferenció de otras tendencias que hemos visto dentro del FIT en los últimos años, más centradas en las tareas meramente legislativas; más ‘de palacio’, digamos«, diagnosticó el militante.
En ese sentido, destacó también que el foco territorial demostró ser más útil para el FIT que el dinero que otros candidatos de la izquierda meten en las redes sociales.
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¿Se trasladó la rebeldía a la derecha?
Mientras ocurre todo lo anterior, el precandidato a gobernador Alfredo Cornejo (Cambia Mendoza) ya decidió llevar como su eventual vice a Hebe Casado, una médica tuitera del PRO que se define sin pudores como de derecha y liberal. El armador radical descifra que hay un voto bronca que Casado puede conquistar para su redil.
Paralelamente, el economista Javier Milei junta a cientos o miles de jóvenes en diferentes escenarios del país para proponer la privatización de todo lo privatizable, sumado a la idea de «dinamitar» el Banco Central y terminar con la clase política que él interpreta como «la casta».
La tesis de algunos intelectuales, entre ellos Pablo Stefanoni, es que hay zonas del discurso históricamente identificadas con la rebeldía que han sido cooptadas por una nueva aleación de liberalismo económico y conservadurismo cultural. A diferencia de lo que pasaba años ha, hoy la derecha ironiza, grita y convoca igual o más que la izquierda marxista.
El FIT está haciendo su propio análisis del fenómeno y Da Vila tiene el suyo:
-En otras épocas, la rebeldía era asociada con la izquierda ¿Por qué cree que en una crisis económica que podría favorecer al voto del FIT se produce en cambio un crecimiento marcado de los «libertarios»?
-No se puede interpretar eso si no se tiene en cuenta que las fuerzas que comparten el FIT tienen como objetivo una transformación social de fondo. Entendemos que la crisis que estamos viendo implica una presión de los sectores concentrados sobre los trabajadores. Querer cambiar eso, por supuesto, afecta intereses e implica otras dificultades.
«Milei está explotando la ausencia de una izquierda disruptiva» (Da Vila) «Milei está explotando la ausencia de una izquierda disruptiva» (Da Vila)
-¿Y entonces?
-Y entonces, compartiendo el diagnóstico, surgen diferencias estratégicas dentro del FIT. En los últimos años, la dirección del frente estuvo en manos de figuras como Nicolás Del Caño y Noelia Barbeito (PTS), que a nuestro juicio tuvieron una posición muy contemplativa. Los espacios que se conquistaron no se utilizaron para proceder a una organización de masas. Y así, la izquierda quedó recluida a dar un «apoyo» a las luchas pero sin establecer soluciones para la sociedad. En definitiva, Milei esta explotando la ausencia de una izquierda disruptiva. De hecho, él habla de «casta» pero se queda en mencionar a los políticos para salvar a la otra parte de esa casta, que está formada, por ejemplo, por empresarios que viven del Estado.
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Noelia Barbeito y Lautaro Jiménez están dentro del FIT pero pertenecen a otra línea interna dentro del frente.
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