Se definirá si el hombre continúa detenido por el crimen en Luján de Cuyo -se pixela su rostro por pedido judicial-.
En julio se cumplirá una década desde que ocurrió el crimen en Luján de Cuyo de Marcos Eusebio Angulo (60), el sereno de un predio que fue brutalmente golpeado en el marco de un asalto. Tras varias idas y vueltas en la investigación, en los últimos días la Justicia logró detener al único sospechoso de cometer el hecho de sangre y en los próximos días se definirá si continúa privado de su libertad.
En los últimos minutos del 23 de julio de 2013, el hombre oriundo de Perú fue asesinado en unas canchas de paddle ubicadas en calle Lamadrid al 220. Era el sereno de ese lugar y esa noche fue abordado por delincuentes que intentaron asaltarlo.
La víctima se resistió, pero terminó siendo ultimada tras recibir varios golpes en la cabeza que los ladrones le propinaron con una pala. Luego huyeron con un equipo de música, un teléfono celular marca Alcatel y una billetera.
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El lugar donde ocurrió el crimen en Luján de Cuyo.
La investigación por el asesinato de Marcos Angulo derivó en la detención de dos jóvenes que vivían en las inmediaciones del predio. Por esos días, los investigadores los señalaron gracias a varias huellas que quedaron marcadas en la nieve que cayó esa noche. Sin embargo, no hubo pruebas para reforzar esa teoría y con el paso de los meses terminaron sobreseídos en el expediente.
Pero los pesquisas insistieron con el entorno de los sospechosos y fueron a buscar a uno de sus amigos. Sin embargo, este hombre no estaba en su domicilio por lo que las autoridades emitieron una orden de captura que no se hizo efectiva hasta recién mediados de marzo pasado, cuando ya ha pasado casi una década del crimen en Luján de Cuyo.
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Según comentaron fuentes policiales, el sujeto fue aprehendido en El Rodeo, una localidad ubicada en la periferia de Catamarca. Allí estaba radicado desde hacía tiempo, trabajando como artesano. Cuando las autoridades del lugar lo identificaron se encontraron con que tenía un pedido de captura vigente de la Justicia mendocina y en cuestión de días ya estaba alojado en la penitenciaría local.
El sujeto quedó a disposición de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo que lo imputó por homicidio en ocasión de robo -de 10 a 25 años de cárcel-. Sin embargo, en los últimos días se realizó un cotejo de ADN con un rastro hallado en el lugar del hecho que arrojó resultado negativo, por lo que la magistrada se encuentra intentando volver a contactar a los testigos del expediente para darle fuerza a la acusación, considerando que la Justicia fijó el próximo viernes para realizar una audiencia de prisión preventiva.
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