El pollo es una de las carnes más consumidas en el mundo, además de su delicioso sabor, tiene múltiples beneficios para la salud. Una forma típica de prepararlo es asarlo, en este sentido existe una señal de alerta clave para saber si comprarlo o no.
El pollo asado, rostizado, en brasas o a la brasa es un plato genérico más allá de su sabor simple, se puede adaptar a los paladares de los comensales con distintas especias que se le agregan. Algunos optan por comprarlo para evitar las largas horas frente a la parrilla y elegirlo de forma adecuada, es esencial.
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La señal de alerta a tener en cuenta al comprar pollo asado
Si bien no todos los pollos asados son iguales, esta señal te ayudará a identificar al mejor. Se trata del jugo del recipiente del pollo asado. Muchos piensan que el jugo extraes un beneficio que realza este platillo, sin embargo, esto no es así.
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Lo que en realidad significa el jugo extra es que el pollo alguna vez estuvo jugoso, pero ahora se encuentra afuera. Es decir, que el pollo está seco y esos juegos que salen se terminan solidificando y convirtiéndose en una gelatina.
Otra señal en caso de no poder revisar el jugo del pollo
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Otra señal útil a tener en cuenta en caso de que no se le pueda revisar la parte inferior en busca de jugo es examinar de cerca la piel. Si todavía se adhiere firmemente a la carne, está fresca y jugosa.
Si algunas partes del pollo se están arrugando, es mejor encontrar uno que esté completamente tenso. La piel arrugada, además de ser una señal de que el pollo ya no está jugoso, está más empapada y masticable que liviana y crujiente.
¿Cuánto dura el pollo en la heladera?
En cuanto al pollo cocido, se mantendrá en buen estado en la heladera durante tres o cuatro días. Para evitar que el sabor de las sobras se deteriore debido a la oxidación, recomienda sazonar la carne con hierbas y especias antioxidantes. También es importante almacenar las sobras en recipientes herméticos para evitar la exposición al oxígeno y consumirlas pronto.