Medicina 24 de septiembre de 2024 – 00:00
Los lipomas son pequeños bultos de grasa que pueden aparecer en la piel. Cuáles son sus síntomas y causas según la medicina
Los lipomas en la piel suelen ser inofensivos, aunque a veces es necesario extraerlos
En su definición, los lipomas son pequeños bultos de grasa que, la mayoría de las veces, se sitúan entre la piel y la capa muscular oculta. Se sienten pastosos, no duelen, y se mueven con facilidad al presionarlo con los dedos. Si bien suelen ser inofensivos, muchos quieren saber más acerca de ellos.
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Lipomas en la piel: síntomas y causas según la medicina
Lipomas en la piel: principales síntomas
Según el mencionado sitio, los lipomas en la piel pueden formarse en cualquier parte del cuerpo, y generalmente presentan las siguientes características:
Se encuentran justo debajo de la piel. Suelen presentarse en el cuello, los hombros, la espalda, el abdomen, los brazos y los muslos. Son suaves y pastosos al tacto. También se mueven fácilmente al ejercer una ligera presión con los dedos. Suelen ser pequeños. Los lipomas suelen medir menos de 2 pulgadas (5 centímetros) de diámetro, pero pueden crecer. A veces, son dolorosos. Los lipomas pueden ser dolorosos si crecen y ejercen presión sobre los nervios cercanos o si tienen muchos vasos sanguíneos. ►TE PUEDE INTERESAR: Ojos amarillos: qué significan según la medicina
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Lipomas en la piel: síntomas y causas según la medicina
Como se dijo, la medicina explica que no es necesario un tratamiento específico ante esta problemática, aunque será necesario hacer una cirugía en el caso de que el o los lipomas presenten un crecimiento en tamaño o molestia para la persona.
Lipomas: causas desconocidas
Actualmente, los especialistas en medicina se encuentran realizando investigaciones para determinar la causa de los lipomas, ya que la misma no está del todo clara. Los mismos suelen repetirse en las familias, por lo que los factores genéticos influyen en su posterior desarrollo.
A menudo, los lipomas pueden aparecer tras una lesión. Aunque las personas de cualquier edad pueden desarrollarlos, son más prevalentes en adultos de entre 40 y 60 años.