Quedan menos de seis días para votar y, además de los desafíos electorales del oficialismo, en el Gobierno hay otro punto que genera ansiedad: cómo se comportará la boleta única en la mayor prueba que va a tener durante 2023: las PASO del 11 de junio. Tras el alto índice de voto nulo en las desdobladas de siete municipios, y ante la incertidumbre sobre cuánto logró internalizarse la ciudadanía sobre el instrumento, comenzaron a hacerse casi 40 charlas diarias y tanto en el Ejecutivo como en la Junta Electoral esperan lograr 200 capacitaciones más, tan sólo en esta semana.

Unos 35 encuentros por día, a razón de cuatro por departamento, aproximadamente (y no en todas las comunas, como surge al hacer la cuenta). Así está trabajando el Ministerio de Gobierno en concordancia con municipios y con la Junta, para llegar a las primarias con el mayor nivel de concientización posible en torno al instrumento. Si lo logrará o no, quedará de manifiesto con algunos puntos demarcatorios, como el nivel de votos que terminen siendo anulados, otra vez, y la cantidad de errores que puedan conducir a esas anulaciones y que se verían al analizar las urnas. En abril, dos comunas tuvieron más del 8%.

Estas convocatorias vienen haciéndose de lunes a viernes cerca de las 20, para poder concertar a la mayor cantidad de personas posible, y los sábados a las 11 y las 15 horas. Este fin de semana será de mucha intensidad, antes del domingo en que el instrumento tendrá su gran evaluación, cara a cara con los más de un millón de electores que tiene la provincia.

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Los capacitadores eligieron la peatonal Sarmiento: aseguran que es uno de los puntos más transitados en las tardes.

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Inclusive, se instauró un cuestionario digital para algunos de los que participan de las capacitaciones. El objetivo de las preguntas es saber cuánto se comprendió acerca del funcionamiento de la boleta, y a su vez, permite conocer cuáles son los puntos flojos o las cuestiones que no logran ser comprendidas del todo: a cuántos puede votarse por frente, cómo funciona el casillero de «voto lista completa», etcétera. A partir de eso, se pueden corregir las charlas futuras y también aclarar las dudas de los votantes en torno a esos ítems específicos.

En algunos de los encuentros llega a haber hasta 80 personas, según confirmaron desde Casa de Gobierno. Se hacen con delegados de las comunas y con el apoyo de las distintas intendencias, que muchas veces ponen el lugar físico para que puedan juntarse los capacitadores con quienes van a escucharlos: así, los diálogos se han hecho en clubes, delegaciones municipales y edificios públicos. Aunque también hubo tiempo –y habría esta semana- para algunas conversaciones a distancia, a través de las plataformas Zoom y Meet.

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Primera meta: bajar el voto nulo

Para el Ejecutivo y la Junta Electoral, una de las metas centrales de cara al domingo es que no se repita el alto índice de sufragios anulados.

Puertas adentro se ponen objetivos puntuales: bajar del 8% en las comunas más populosas es uno de ellos. “Ya disminuir ese nivel sería un logro; aunque la marca histórica para Mendoza es del 1,5% o poco más del 2%. Sería bueno llevarlo a esos márgenes”, cuentan.

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La boleta única del domingo 11 de junio será la más amplia de todo el año, por cantidad de categorías y precandidatos.

Foto: Diario UNO

Lo cierto es que no sólo los errores llevaron a esas cifras. La misma ciudadanía salió a manifestar en redes sociales o a través de distintos mensajes públicos que también había anulados deliberados. Es decir, gente que buscaba que su voto no valiese nada por distintas razones.

El debut de la Boleta Única se produce en el desafiante contexto de una apatía que crece a la par del enojo de buena parte de la sociedad El debut de la Boleta Única se produce en el desafiante contexto de una apatía que crece a la par del enojo de buena parte de la sociedad

Una de las más preponderantes –y se observa también con el nivel de participación- es cierta apatía y/o enojo para con la dirigencia de la provincia y el país. Enojados o desilusionados, también hubo quienes quisieron «tirar» su sufragio para no dárselo a ningún nombre propio.

Más allá de eso, sí es cierto que hubo equivocaciones y que muchas de ellas tuvieron que ver con la falta de comprensión. Por ejemplo, lo que cuentan quienes pudieron ver las boletas, una vez sacadas de las urnas, es que hubo fallas muy comunes y que demostraron a las claras que la intención era votar positivamente. O al menos, eso parecía.

Uno de ellos fue realizado por personas que marcaron a todos los precandidatos de un mismo frente. Por ejemplo, como si ahora se votase, en simultáneo a los cuatro aspirantes del justicialismo, o a Alfredo Cornejo y a Luis Petri porque quieren votar a Cambia Mendoza.

“No entendieron que era una PASO”, comentaron desde la Junta.

Otro ejemplo claro de errores fue el que mostraba las “X” o las tildes fuera del recuadro del voto. A veces sobre la cara de los precandidatos, o cerca del nombre –suyo o de la coalición-. Finalmente, también hubo quienes marcaban a su favorito en cada frente, pero haciéndolo en absolutamente todos ellos. De tal modo que su boleta tenía a alguien de Elegí, a alguien de Cambia, a uno del Partido Verde y a otro de la alianza del PD con Libertarios y Jubilados.

Como un “los dos a la final”, pero político y eleccionario.

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