Una maestra jardinera mendocina lleva sus métodos de enseñanza desde su salita de infantes en un jardín rural del distrito Tres Porteñas, en San Martín, a la voracidad de las redes. Y en ese entramado de contenidos que resulta Instagram, Sabrina Agüero logra destacarse gracias a su espacio educativo virtual.
Más de 27 mil usuarios siguen su cuenta @sesabri5 para aprender a diseñar juegos infantiles, tomar nota de estrategias pedagógicas en el aula o simplemente alimentarse con sus tutoriales didácticos. Todo bajo un mismo objetivo: educar. Educar en tiempos de hiperconexión y sobreinformación, con un lenguaje claro, en un formato amigable que no escapa a la rigurosidad académica.
Porque si hay algo que destaca a la «seño Sabri» es su dedicación absoluta, además de su capacitación constante y su resiliencia para vencer obstáculos que logra gracias al amor que siente por su profesión. Un amor a la educación que acaricia desde niña y que la llevó a descubrir el sentido que para ella tiene la vida.
Sabrina Agüero tiene 36 años, es madre sola de tres hijos y hace 8 años que se toma dos colectivos desde su casa en la ciudad de San Martín hasta llegar todos los días a su adorado jardín JIE 0-061 de Tres Porteñas, un poblado en el Este mendocino que habitan unas 3.500 personas.
Fue reconocida en septiembre, Mes de la Educación, entre los 5 docentes más destacados del país en una campaña nacional organizada por la Fundación Varkey.
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El Instagram de la maestra como un espacio más de enseñanza
Su mamá Graciela es inspiración y pilar para su vida. Sabrina no descansa en el estudio, el trabajo y sus proyectos educativos propios. Tenerla a su mamá y a sus incondicionales hijos (Ludmila de 17, Allegra de 11 y Valentino de 9) le dieron las fuerzas suficientes para empezar este año la especialización universitaria en Ciencias Naturales.
Inquieta y curiosa se define la educadora que también le atrae el mundo del diseño gráfico y las nuevas tecnologías. Estas pasiones combinó tímidamente en 2021 para lanzarse con un espacio educativo virtual, que arrancó en TikTok y se desarrolló en Instagram.
Su plataforma Sesabri5 ofrece a través de Linktree -una popular herramienta de enlace a sitios digitales o descargas de archivos- desde juegos de mesa hasta minicuentos, adivinanzas, materiales para actos escolares, actividades en matemáticas, prevención del bullying o tips para desarrollar habilidades cognitivas.
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Después de tener su primera experiencia como docente en una guardería de vendimia, cuidando a hijos de cosechadores golondrinas, la profesora de nivel inicial elige dar clases en entornos rurales.
Foto: Gentileza Sabrina Agüero
Los contenidos pedagógicos que crea y diseña están destinados a sus colegas docentes y también a las familias de sus alumnitos y alumnitas, así como a quien tenga interés en conocer nuevas formas de aprendizaje.
En su perfil, la profesora de nivel inicial confirma que creó la cuenta en Instagram «con el objetivo de ayudar, inspirar y difundir material para que llegue a muchas salas y casas», y reconoce que aprende «de los errores, de cursos, colegas, mis hijos y peques de sala».
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La maestra que de niña se siente una exploradora del conocimiento
Egresada del IESDyT (Instituto de Educación Superior Docente y Técnica) de San Martín, Mendoza, Sabrina hizo su escuela secundaria en un bachiller de diseño, arte y comunicación en La Plata, ya que la mendocina pasó buena parte de su infancia y adolescencia en Punta Lara, localidad balnearia de Ensenada ubicada a 12 kilómetros de la capital bonaerense.
Me acuesto muy tarde, duermo poco, hago mucho y mis amigas me preguntan: ¿cómo hago tanto, sola con 3 hijos? Hago lo que puedo, lo que me gusta y sé que mi sacrificio tiene sus frutos y mis hijos tendrán un futuro mejor. Me acuesto muy tarde, duermo poco, hago mucho y mis amigas me preguntan: ¿cómo hago tanto, sola con 3 hijos? Hago lo que puedo, lo que me gusta y sé que mi sacrificio tiene sus frutos y mis hijos tendrán un futuro mejor.
Desde chiquita que se siente atraída por todo lo que tenga que ver con la educación, más aún con la evolución en la vida de una persona. Por supuesto, su juego predilecto era el de la maestra y explorar el universo del conocimiento todavía hoy la moviliza. Lo que la lleva a aventurarse en las nuevas tendencias de la vida humana, en el fascinante mundo de las tecnologías.
Comparte todo su material en las redes de manera gratuita. Y dice que se inspira para crearlos y diseñarlos «en las características de mis estudiantes». De ahí que hace 3 años traslada sus clases a Instagram porque «si lo llevo a la sala por qué no compartirlo también con docentes, con las chicas y chicos que están estudiando para ser docentes y también, por qué no, con las familias que están interesadas en llevar a su casa mis juegos y actividades», se pregunta y puede convalidar al instante su inquietud al ver la cantidad de usuarios que la siguen.
El educador tiene que estar en constante capacitación y aprendizaje, en lo académico y también aprendiendo de los niños porque a ellos nunca debe perderlos de vista. El educador tiene que estar en constante capacitación y aprendizaje, en lo académico y también aprendiendo de los niños porque a ellos nunca debe perderlos de vista.
Lo que ella brinda es creatividad a la hora de impartir conocimientos a los más peques del hogar. «Por ahí las cosas que hacen las familias o las cosas que hacen otros docentes son muy lindas pero el material dura muy poco, entonces la idea fue diseñar juegos para que ellos los puedan imprimir, plastificar y que persista en el tiempo«, argumenta sobre las actividades didácticas que produce y publica para descargar.
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En el jardín también se focaliza en el buen uso de la tecnología
Sabrina Agüero confiesa que no imaginó «que fuera tan positiva la respuesta de los usuarios en Instagram y estoy tan agradecida, porque nunca en estos 3 años he recibido haters«. Asegura, y así lo demuestran los comentarios en sus posteos, «son todas palabras de agradecimiento, chicos que me piden ayuda».
Ella siente que esta red social le brinda mayor «conexión con las personas que te siguen» a diferencia de TikTok, donde usualmente la seño Sabri sube videos más relajados, «más divertidos».
La docente reafirma que «la tecnología es algo que me gusta y me capacito para poder mejorar mis prácticas pedagógicas». Y sus conocimientos en la materia los vuelca en el jardín para «fomentar el buen uso de la tecnología y acompañar a las familias a evitar el exceso de pantalla en los niños«.
Siendo docentes hay que fomentar el buen uso de la tecnología como una herramienta más de la cual tenemos que amigarnos y utilizarla de manera positiva. Siendo docentes hay que fomentar el buen uso de la tecnología como una herramienta más de la cual tenemos que amigarnos y utilizarla de manera positiva.
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La maestra confiesa que hace 8 años encontró su mejor lugar para desarrollar la profesión: el jardín JIE 0-061 del distrito sanmartiniano de Tres Porteñas.
Foto: Gentileza Sabrina Agüero
Si bien la «seño Sabri» tiene «un par de proyectos y pdf que se venden», además una página web de España le monetiza por las visitas que recibe, su intención con su espacio virtual es «poderlo compartir de manera gratuita porque las chicas que están estudiando no todas tienen el acceso económico para comprar su propio material».
Y lo que se destaca en su Instagram es la serie de «funciones ejecutivas» que va publicando. Y que lo explica de este modo: «Llevar actividades a la sala requiere un desafío muy grande porque los chicos vienen con una atención mucho más acotada, consecuencia de las pantallas Por eso diseñé una carpeta para desarrollar funciones ejecutivas como la atención, la concentración, la memoria, que son estrategias cognitivas fundamentales para el aprendizaje«.
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Inició en una guardería para hijos de trabajadores golondrinas
La educadora mendocina Sabrina Agüero hizo sus prácticas en una bodega, dando clases a hijos de trabajadores golondrinas que cada verano llegan a la provincia para la cosecha en vendimia. Sin saberlo, esa experiencia
«Vivo en San Martín y cuando comencé a hacer mis prácticas en mis últimos años de profesorado tenía una compañera que trabajaba para una bodega todas las temporadas, la llamaban para trabajar en una guardería en vendimia«, rememora la maestra jardinera. Y completa: «La bodega tiene un programa que protege a las infancias del trabajo laboral, entonces me sumé y trabajábamos con los chicos que son hijos de las familias golondrinas que vienen a cosechar».
Sin dudarlo, la «seño Sabri» confiesa: «Me enamoré de lo rural. Me dije, esto es para mí, me siento cómoda, me gusta. Son niños sumamente respetuosos, muy agradecidos». Y eso mismo encontró al poco tiempo en el jardín de infantes JIE 0-061 de Tres Porteñas que pronto será bautizado como «Panambí, que en guaraní significa mariposa», adelanta la maestra.
Conocí mi esencia docente y dónde quería estar. Cuando me recibí se dio la casualidad que necesitaban una seño para el jardín donde ahora estoy, aquí me quedé, ya llevo 8 años. Es algo que me encanta. No quiero ir a otro jardín que no sea rural. Conocí mi esencia docente y dónde quería estar. Cuando me recibí se dio la casualidad que necesitaban una seño para el jardín donde ahora estoy, aquí me quedé, ya llevo 8 años. Es algo que me encanta. No quiero ir a otro jardín que no sea rural.
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La «seño Sabri» utilizando una pizarra digital en una de las clases que imparte en el jardín de infantes de Tres Porteñas.
Foto: Gentileza Sabrina Agüero
Encontró su lugar de inspiración para desarrollarse, tanto en el aula como en su proyecto virtual a través de Instagram. Y no le pesa la distancia de 25 kilómetros entre su casa y el jardín, toma dos micros para ir a trabajar. «Salgo a las 11 de la mañana y llego a casa a las 6 y media de la tarde», detalla. Y agrega que el jardín de Tres Porteñas «está en un entorno rural pero es grande, tenemos 6 salitas a la mañana y 3 en la tarde; asisten unos 120 niños«.
Sabrina considera que de las experiencias uno aprende pero también va encontrando su lugar en el mundo. «Si se da la posibilidad de poder elegir y estar en el lugar que uno quiere, hay que aprovecharla», reflexiona quien se despide con una confesión:
Mido el éxito de una clase cuando ese nene o esa nena se va y al otro día quiere volver y vuelve con más ganas de aprender. Ahí es cuando te sentís exitoso porque está funcionando lo que estás haciendo. Mido el éxito de una clase cuando ese nene o esa nena se va y al otro día quiere volver y vuelve con más ganas de aprender. Ahí es cuando te sentís exitoso porque está funcionando lo que estás haciendo.
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