Una médica que ejercía en el Hospital Diego Paroissien, ubicado en Maipú, admitió haber tenido responsabilidad en la muerte de una paciente que acababa de dar a luz su segundo hijo. Por el caso de mala praxis ocurrido a mediados de 2020 la galena fue condenada a una pena que, si bien la dejó en libertad, dispuso una inhabilitación para ejercer la profesión.

El 28 de octubre de ese año, Geraldine Alexandra Oro (26) se dirigió hasta el efector público donde tenía programa una cesárea para que nazca su segundo hijo. Pero además de esa intervención la joven tenía previsto que le quiten el dispositivo intrauterino (DIU) y le liguen las trompas ya que no quería tener más hijos. Quien estuvo a cargo de toda la intervención fue la obstetra Carla Antonella Bonanata (35), quien cometió un error que terminó siendo fatal, según se desprendió de la investigación judicial.

Yera, tal como apodaban a la víctima, quedó internada en una sala de maternidad junto al recién nacido y su pareja. Dos días después, como suele ocurrir, recibió el alta médica y regresó a su domicilio. Sin embargo, en los primeros minutos del día siguiente -31 de octubre- comenzó a sentir un fuerte dolor abdominal por lo que regresó al nosocomio. En el lugar estaba su obstetra quien la revisó, realizó algunas curaciones superficiales en la cicatriz y la volvió a externar. Ese mismo día a la noche, la situación ya era irreversible.

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Geraldine Oro ingresó a la guardia del Paroissien donde se terminó de descompensar. Los médicos la internaron, notaron que estaba drenando pus por la herida y la derivaron de urgencia al hospital Lagomaggiore. En ese establecimiento estuvo internada hasta el 3 de noviembre siguiente.

Las pericias médicas determinaron que falleció producto de un shock séptico ya que durante la cirugía le habían perforado un intestino que comenzó a drenar materia fecal por todos sus órganos.

Se inició un expediente penal bajo la calificación de averiguación muerte. Los familiares de Yera Oro realización varias manifestaciones en reclamo de Justicia y apuntando a un caso evidente de mala praxis. El caso terminó en manos de la fiscal de Homicidios, Andrea Lazo, quien casualmente fue quien llevó adelante el juicio por otro hecho similar como lo fue la muerte de Guadalupe Codes en el Hospital Español.

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Con peritajes médicos y varias declaraciones testimoniales, la investigadora judicial decidió imputar a Carla Bonanata por el delito de homicidio culposo -de 1 a 5 años de prisión-. La médica se vio acorralada por las pruebas y este viernes decidió firmar un juicio abreviado donde acordó una pena con la Fiscalía, con la venia del abogado querellante que representó a los familiares de la víctima fatal, según comentaron fuentes judiciales.

La juez Érica Sánchez homologó el acuerdo y condenó a la obstetra a una pena de 2 años y 6 meses de prisión en suspenso y 7 años de inhabilitación para ejercer la profesión. La mujer quedó en libertad y deberá respetar una serie de normas de conducta durante cuatro años para evitar pasar a cumplir la pena con cárcel en efectivo.

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