Oriunda de Jardín américa, una luchadora que comparte su experiencia para concientizar sobre la importancia de la detección temprana
lunes 21 de octubre de 2024 | 5:00hs.
Beatriz Armúa (55), oriunda de Jardín América, enfrentó el cáncer de mama con valentía y determinación. Tras un largo proceso de tratamiento que incluyó quimioterapias, radioterapia y cirugías, no solo logró recuperarse, sino que también transformó su experiencia en una obra de arte. A través de un tatuaje y un cuadro, Beatriz busca inspirar a otras mujeres a enfrentar su propia lucha con esperanza.
En 2021, tras más de cinco años de tratamiento, su oncóloga, Betiana Mascheroni, le anunció: “Estás curada”. Desde ese momento, Beatriz se somete a controles mensuales, acompañada siempre por el apoyo incondicional de su familia y amigos. “Nunca me sentí sola”, asegura.
Su diagnóstico fue un duro golpe. “Fue muy triste el día que me dijeron que tenía cáncer de mama. No entendía lo que pasaba; pensé: ‘¿Cómo yo podía tener esa enfermedad?’”, recuerda. A pesar de las adversidades, mantuvo la esperanza de sanar. Durante su tratamiento, experimentó la pérdida de cabello, lo que la llevó a raparse: “Mi único deseo era sanarme y estar bien nuevamente”.
Tras completar las quimioterapias y la radioterapia, Beatriz se sometió a una reconstrucción mamaria, proceso que duró alrededor de dos años. Fue en este periodo cuando conoció a una tatuadora que ofrece tatuajes gratuitos a pacientes oncológicos. Decidió hacerse un tatuaje de flores, simbolizando su renacer: “Porque mi vida, después de esa enfermedad, floreció como una hermosa flor”.
En 2022, participó en una jornada de octubre rosa en San Ignacio, donde decidió exponer un cuadro que refleja su experiencia. A través de este arte, Beatriz busca transmitir un mensaje de esperanza a otras mujeres que atraviesan situaciones similares.
“Creo que soy bendecida al contar mi historia. Durante mi enfermedad, siempre me aferré a Dios y a la Virgen de Itatí”, expresa Beatriz. Para ella, el dolor se convirtió en una herramienta de sanación y reflexión.
Como sobreviviente del cáncer de mama, Beatriz deja un mensaje claro: “El cáncer de mama, si se detecta a tiempo, se puede superar. Es fundamental hacerse los controles al menos una vez al año, y el acompañamiento de la familia es invaluable”. Su historia es un testimonio poderoso de lucha, resiliencia y esperanza.