La Escuela de Adultos 71 volvió a sufrir un nuevo robo en una de sus aulas de la que se llevaron una radio, un ventilador industrial y una garrafa de diez kilos. La institución se encuentra en el barrio Sol de Misiones de la ciudad de Posadas, y comparte el edificio con la Escuela 952.
Para ingresar, los delincuentes destrozaron la puerta y sustrajeron los elementos mencionados, hasta el momento pudieron recuperar solamente la garrafa, dijo a PRIMERA EDICIÓN, Belén Morenate, directora de la escuela.
“El día viernes me avisa el comisario de la Seccional Vigésima que se pudo recuperar la garrafa. Me dijo que se está trabajando, pero todavía no se recuperó la radio ni el ventilador industrial”, sostuvo la mujer.
Si bien desde que está Morenate en la dirección este es el primer episodio de delincuencia que sufre, la institución siempre fue blanco de este tipo de hechos por lo que hace tiempo vienen reclamando mayor presencia policial.
“He hecho notas al Ministro de Educación pidiéndole primero un puesto fijo, porque teníamos en el 2019 y después de la pandemia no hubo más. Ahora pedí una cámara de 911”, indicó Morenate.
A raíz de lo ocurrido la semana pasada, la Policía de la provincia puso un guardia por las noches, pero necesitan que ese puesto sea fijo, como remarcó la directora más arriba.
Tienen instaladas unas cámaras de seguridad que compraron gracias a la venta de rifas, sin embargo, consideran que no es suficiente.
“Estoy hace un año justo y sé que suelen ingresar menores de edad, niños a jugar en el predio, no robaron nada, pero sí rompieron cosas. En las gestiones anteriores hubo varios hechos. Hay cámaras en la escuela que los menores intentaron romper, lo que hicimos fue poner un vidrio blindado a una de las cámaras”, contó la directora.
Por su parte, Mariela Agüero, directora de la Escuela 952 que funciona en el mismo edificio, señaló que es un barrio complicado y que en ocasiones reciben piedrazos de algunos vecinos.
Asimismo, en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, reconoció que los hechos de vandalismo y destrucción de las instalaciones se repiten constantemente.
Por otra parte, comentó sobre su estudiantado: “Es una comunidad muy humilde. Siempre estamos ayudándonos entre los colegas, nos ayudamos para colaborar con la familia y con los chicos a los que les suele faltar como zapatillas, guardapolvos”.
“Ahora armamos nuestro roperito porque se viene el frío, entonces siempre vemos por ahí algún niño que necesita alguna mamá y le colaboramos, le ayudamos con eso”.