El proyecto de presupuesto nacional para 2025 plantea una inversión del 0,88% del PBI en educación, lo que representa una disminución respecto al 0,91% en 2024 y al 1,48% en 2023
jueves 17 de octubre de 2024 | 5:00hs.
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En un contexto de ajuste fiscal y tensiones económicas, el proyecto de presupuesto nacional para 2025 plantea una inversión del 0,88% del Producto Bruto Interno (PBI) en educación, lo que representa una disminución respecto al 0,91% en 2024 y al 1,48% en 2023. Este escenario, según el informe «Presupuesto educativo nacional 2025» del Observatorio de Argentinos por la Educación, revela un panorama complejo para el sector, marcado por una fuerte caída en términos reales en años anteriores y un futuro incierto.
La inversión prevista para el año próximo implica un incremento nominal del 0,65% respecto a 2024, aunque la proyección de inflación sugiere que, de no tomarse medidas efectivas, la inversión real podría continuar cayendo. En este contexto, la Secretaría de Educación se verá beneficiada con un aumento del 6,87% en comparación al cierre proyectado de 2024, pero esta cifra la coloca en el puesto 14 entre las funciones del Estado que recibirán más recursos.
Mientras la educación superior acapara el 66,5% del presupuesto de la Secretaría, otros programas, como el Plan Nacional de Alfabetización, recibirán un 11,6%. Sin embargo, se prevé la eliminación de programas clave, como «Conectar Igualdad», lo que pone en jaque el acceso y la calidad educativa, especialmente para los sectores más vulnerables.
Expertos y exfuncionarios del área educativa expresan su preocupación ante estos cambios. Javier Curcio, investigador del IIEP de la UBA, enfatiza la necesidad de un consenso nacional para abordar la crisis educativa que enfrenta el país. Mariano Narodowski, exministro de Educación, critica la tendencia histórica de privilegiar a las universidades a expensas de otros niveles educativos.
A medida que se acerca el 2025, el llamado a una estrategia integral que priorice la inclusión y la calidad educativa se torna más urgente. Mientras tanto, la comunidad educativa observa con inquietud cómo se configurará el futuro del aprendizaje en Argentina.