A modo de recapitulación, el historiador mencionó que la yerba mate, con raíces en la producción y uso de los pueblos guaraníes, consolidó su sistema de cultivo en Misiones y Corrientes desde la ley de colonización de 1926. Rodríguez puntualizó que este monocultivo fue fundamental para el desarrollo de la región y que con la creación de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) en 1935 se buscó un marco regulador estable.
Sin embargo, en 1991, en pleno auge neoliberal, el Gobierno de Menem disolvió la CRYM, “y a partir de ahí la ley de la oferta y la demanda, entre comillas, es la que regula la actividad yerbatera hasta el 2002, que se crea el Instituto Nacional de la Yerba Mate”.
Y completó: “Lo que pasa hoy es que se aceleró, te estoy diciendo 91, 94, 95, pasaron años. Estamos hablando de meses en que está vigente el DNU y que ya en los precios hay una diferencia sustancial. En algunos lugares pagan menos de 200 pesos el kilo de la hoja verde y también hay que preguntarse cómo le pagan a los pequeños”.
A diferencia de la CRYM, que era estatal y contaba con un mercado consignatario, el INYM funcionó como ente oficial pero no estatal, lo que, según Rodríguez, afectó su capacidad para intervenir efectivamente en la comercialización y evitar la concentración del sector: “La Comisión Reguladora regulaba justamente la producción y el mercado, la comercialización. Entonces, se tendía o se trataba de evitar lo que hoy en día conocemos como la concentración. Hoy nosotros tenemos 10 empresas, menos de 10 empresas, que concentran más del 80% de la comercialización”, sostuvo.
Mientras el 20% restante queda en manos de pequeñas cooperativas y productores, quienes afrontan una lucha dispareja, ya que “la disputa ahí es totalmente desigual. La Comisión Reguladora fijaba un precio y tenía el carácter de autárquico. Era un ente estatal, pero era autárquico. Cuando se creó el INYM, el objetivo principal fue fijar el precio de la Yerba Mate y desde el 2002 hasta el año pasado, que mal o bien, fijaba, no hubo un acuerdo completo durante su existencia y fue siempre al laudo nacional”.
A propósito de esto, el docente investigador analizó la evolución de la brecha en los ingresos de los diferentes sectores yerbateros, revelando un crecimiento alarmante en las diferencias económicas entre grandes industrias y pequeños productores. “La brecha es la diferencia en el percibimiento de la renta yerbatera y del ingreso. En el último mes dio una diferencia de 17 puntos a favor de la comercialización. O sea, 17 veces más ganaba ese sector vinculado a las grandes industrias que un pequeño productor. Al inicio del año era de 13, y ahora ya es 17 veces más. Y ahora este mes no medí. El año pasado, en noviembre, era de 12. O sea, va yendo un aumento”, alertó.
Entonces, siguiendo la postura de Rodríguez, esta política que fomenta el Gobierno nacional tiende a beneficiar principalmente a los grandes industriales en detrimento de los pequeños productores y los trabajadores rurales. “Básicamente el eje desregular es un eje a discutir. Porque el Estado siempre está presente, por acción o por omisión, siempre está presente. Hay que ver a favor de qué sector regula. El último eslabón de la cadena, hay que decirlo, es el tarefero y la tarefera. Es el último eslabón”, lamentó.
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🧉 Yerba mate: Ante la desregulación de precios y la flexibilización de las importaciones, productor llama a conformar una mesa asesora https://t.co/sliKh1dwH0 pic.twitter.com/3o8CMTOJSi
— misionesonline.net (@misionesonline) April 2, 2024