Los debates de oficinas (y puertas de escuelas) acerca de la inflación, el dólar, el gabinete que integrará Figueroa y hasta el corte de la avenida Argentina que realizaron organizaciones sociales (y piqueteras), fueron superados, al menos en buena parte de este martes, por los comentarios en torno a Santi Maratea, su colecta para sacar del rojo al Rojo (de Avellaneda) y el anclaje neuquino de su cruzada. Porque -y aquí viene lo interesante- el fideicomiso para canalizar el abultado caudal de fondos se inscribió en esta inquieta capital de provincia.
Se eligió Neuquén porque “es una jurisdicción muy amable a los efectos de los trámites administrativos”, dicen que dijo un tal Claudio Levy, a quien se ha señalado como el abogado del fideicomiso. Un fideicomiso es, según su definición académica, la “disposición por la cual un testador deja su herencia o parte de ella encomendada a una persona para que, en un caso y tiempo determinados, la transmita a otra o la invierta del modo que se le indica”. En este caso el fiduciante es el ex arquero Miguel Angel “Pepe” Santoro. Es, entonces, quien debe transferir el cash al club que alumbró a figuras de las tallas del Bocha Bochini y del Kun Agüero.
La colecta que encabeza el influencer, hincha ahora jerarquizado de Independiente, es una fortuna lisa y llana, a punto tal que apunta a lograr nada menos que 20 millones de dólares. Por lo pronto, Levy destacó que los primeros aportes fueron de los hinchas patagónicos y consideró que el contrato “es mucho más simple de lo que parece”. “El fiduciante, Pepe Santoro, lo que hizo fue aportar 32 mil pesos, que es el máximo que surge de los links de Mercado Pago, para los gastos de constitución del fideicomiso, que se puso en funcionamiento con la existencia de un patrimonio de afectación directo que es ese monto”, detalló.
También se dijo que se registró en la provincia de Neuquén, para esquivar el control de la Inspección General de Justicia (IGJ) ¿Será?, quién sabe. El hecho es que el asunto este de Maratea mantuvo entretenidos a los neuquinos, varios de los cuales quizás hayan reparado en aquellos de los trámites amables.