Las internas del gremio que nuclea a los docentes neuquinos (ATEN) volverán a perjudicar a los alumnos a raíz de un paro que, una vez más, los convertirá en rehenes de disputas inocultablemente políticas. Este lunes no habrá clases en las escuelas públicas de la provincia, y los dirigentes sindicales no sólo les infligirán un nuevo daño a niños y adolescentes -que por las cuestiones estas de las mezquindades pierden valiosas horas de formación para su futuro- sino que, además, les generarán un fin de semana extra largo a aquellos que no cumplan con su básica obligación de ir a trabajar.
Ese finde XXL ya se lo generaron, porque sumaron este lunes de paro, previo a la jornada institucional del martes a la que muchos convertirán en día de descanso. No obstante, la cuestión es más política que turística. El clima en el ambiente de ATEN comenzó a agitarse el viernes, tras el sabotaje a la caldera que puso en riesgo a los chiquitos de la primaria 354 del barrio Almafuerte, en Neuquén.
El encargado del área técnica de Mantenimiento Escolar, Javier de la Vía, explicó que alguien arrojó un pesado tronco de madera en el interior de la caldera. Obviamente se quemó. Eso generó un espeso humo y la consecuente alarma de incendio. Hubo pánico. La escuela fue evacuada, llegaron los bomberos y también la policía. Quedó en claro que se trató de un sabotaje. Una demencial intencionalidad destinada a generar daño, con el agravante de que quien lo hizo puso en riesgo a los pequeños.
La reacción inicial -instantánea, podría decirse- fue de ATEN Capital, seccional que conducen dos dirigentes de izquierda con protagonismo en las boletas del 16 de abril e injerencia en los armados de cara a las PASO de agosto. La secretaria general es la ex candidata a intendenta, Angélica Lagunas (Izquierda Socialista) y la secretaria Gremial es la ex candidata a gobernadora, Patricia Jure (Partido Obrero). Ambas fueron concejalas y diputadas provinciales.
Con la consabida habilidad de la izquierda para alimentarse de los conflictos, convocaron a un paro con movilización para este lunes, sin consultar a la conducción provincial que dirige Marcelo Guagliardo (de orientación kirchnerista) y con la que están abiertamente enfrentadas. Paro con concentración -a las 10- frente al monumento al General San Martín y marcha a Casa de Gobierno, dijeron.
Eso ocurrió el viernes. Y, el sábado, la conducción provincial llamó al mismo paro (también a la misma movilización), sólo que lo extendió a todas y cada una de las localidades neuquinas. Por las redes corrió con fuerza la versión que de que ATEN provincia decidió la medida de fuerza para no resignar terreno frente a lo que presume un avance de la izquierda. Se dice que es más un temor que una realidad concreta. Pero lo cierto es que la dirigencia provincial redobló la apuesta y negó que haya existido un sabotaje en la Escuela 354, al tiempo que le endilgó presuntas responsabilidades al gobierno. La dirigencia capitalina madrugó a la de provincia y esta acusó el impacto político. A esa altura saber cómo ocurrió el sabotaje ya no importaba. Al menos no, en el gremio. Al menos, también, eso parece.
Lagunas y compañía celebraron la aparente debilidad (o complejo) de la conducción provincial a la que, esta vez, lograron torcerle el brazo. “Le arrancamos el paro provincial a la conducción TEP; ahora que llamen a asambleas en toda la provincia”, difundieron en las redes en un festejo que, por supuesto, no contempló el hecho de que los verdaderos derrotados en todo esto son los niños y sus familias.
En su convocatoria al paro, la conducción provincial enumeró falencias en distintos establecimientos de la capital y del interior, aunque se han difundido literalmente hasta el hartazgo las obras e inversiones que se desarrollan en toda la provincia. Se jura y se perjura que la situación edilicia ha mejorado respecto de 2022 y que no son más que 14 o 15 los establecimientos que se encuentran en reparación sobre los poco más de 690, cuyos mantenimientos -afirman desde el gobierno- están asegurados.
Por otro lado, los docentes lograron, este año, un aumento y acuerdo salarial que les garantiza actualizaciones para que no resignen poder adquisitivo frente al proceso inflacionario por el que transita el país. Pero, una vez asegurado el bolsillo, el compromiso de garantizar la educación, no parece plenamente garantizado, si es que corresponde el juego de palabras.
A lo largo de las últimas semanas, ATEN Capital había avanzado con estrategias que fueron cuestionadas por grupos de padres. No sólo tornaron en actos políticos jornadas que deberían ser de capacitación o enseñanza, sino que además respaldaron una encuesta en la que docentes de la EPET 7 consultaron a los adolescentes sobre si debía seguir el paro. ATEN provincia tomó nota de esos «avances» y adoptó su decisión de ir al paro.
La excusa o argumento es la supuesta falta de mantenimiento a partir de un hecho que se desencadenó con un sabotaje. La caldera de aquella escuela no tenía un acceso restringido, simplemente porque no se pensó que alguien sería capaz de dañarla. Quien perpetró el ataque no encontró escollos frente a su delictivo accionar. En fin, el argumento adquiere forma de excusa en medio de las disputas por espacios de poder, en las que los niños son despojados de su derecho a la educación.