Neuquén vivió su semana histórica. Por primera un gobierno y los sindicatos alcanzaron un acuerdo salarial con meses de anticipación, se incluyeron las partidas salariales en el próximo presupuesto, y la previsibilidad pasó a ser un dato en la economía pública de la provincia. “La única provincia de la república argentina que va a presentar el presupuesto con toda la previsibilidad para los empleados públicos” detalló el gobernador Rolando Figueroa.
El mandatario neuquinizante afina el presupuesto 2025 que tratarán los legisladores. Casi seis billones de pesos conforman las estimaciones en gasto e inversión para el próximo año que contempla toma de deuda por240 millones de dólares, obra pública por ochocientos millones, y reduce la masa salarial en un treinta por ciento con respecto al años anterior “producto de la reducción de cargos políticos y gastos innecesarios”. “Neuquén tiene un déficit de infraestructura de cuatro mil millones de dólares” había dicho el Figueroa meses antes durante la presentación del proceso de regionalización en el espacio Duam. El proyecto de ley prevé superávit y pretende dotar de previsión a la gestión del Estado durante el próximo año.
Pero el dato distintivo no lo aportan solo las cifras. En un movimiento inédito para la provincia, los neuquinizantes convocaron a los gremios estatales para cerrar paritarias adelantadas. Con la aprobación de las actas firmadas por parte de ATE, UPCN, UNVAP y ATEN, el menú del presupuesto 2025 incluye las partidas salariales y deja entrever un principio de año sin mayores conflictos. Con ello Neuquén se sube a esa sensación extraña a la argentina que se llama previsibilidad. “El comienzo de año con los chicos en las aulas y la administración pública trabajando en pleno” promete un cambio rotundo al panorama de la gestión y la política neuquina.
Como si la política hubiera alcanzado su epifanía, la revelación de aquello que le da sentido. Cargada de acontecimientos que dejan la sensación de “haber reencauzado el rol del Estado” después de muchos años de desatinos. La provincia de Neuquén ilusiona. Con la dimensión de los recursos por venir, el buen clima de negocios y el Estado recuperando la conciencia del orden, la agenda política provincial ingresa en el problema más alentador, crecer, consolidar el presente y trabajar para el futuro. Un cambio de época.