Cánticos, bombos y banderas inundaban el ambiente ese dos de octubre en la previa a la movilización en defensa de la universidad pública en General Roca. Sofía, estudiante de Trabajo Social, había llegado con sus compañeros y profesores de la Universidad del Comahue para movilizar en contra del veto al presupuesto universitario. Cuando minutos antes de que comience la marcha, recibió la noticia que le cambiaría su vida: había sido seleccionada para viajar de intercambio y estudiar en Colombia.
Sofía Núñez tiene 21 años y nació en Jacobacci, un pueblo de Río Negro de un poco más de 6 mil habitantes. Allí creció y se formó en la escuela.
Desde chica supo que las ciencias sociales eran lo suyo. Su interés social fue creciendo desde la secundaria, cuando una tesina orientó sus planes a futuro. «Trabajé con mujeres productoras rurales y supe que me gustaba el contacto con la gente», contó.
Así confirmó que estudiaría Trabajo Social en la sede más cercana de la UNCo, en General Roca, o Fiske, como suele llamarle. Con ayuda de sus padres, a los 18 años dejó su pueblo para estudiar la carrera que destaca «por su alcance enorme en derechos humanos y justicia social», manifestó.
Los años reafirmaron que iba por el camino correcto. Fue en 2024 cuando una publicación en redes sociales este 2024 llamó su atención. Se trataba de una Convocatoria de Movilidad Internacional para estudiantes de grado de la universidad, amparada por Programas de Movilidad bajo convenios con universidades extranjeras.
«Era algo que yo tenía como meta desde que arranqué la carrera, porque es algo que me interesa y aparte soy una persona que no tiene miedo, me gustan estos desafíos», comentó.
El esfuerzo personal que implicó cumplir con los requisitos para postularse a la beca de movilidad internacional fueron muchos. “Necesitabas tener el 40% de la carrera aprobada y superar el promedio histórico. Estaba a días de rendir un examen final que me daba esa posibilidad, pero por una alerta meteorológica se suspendió la mesa de examen”, relató.
Entre los países que podía escoger se encontraban España, Francia, Rusia y más, pero eligió Colombia. «Las otras no eran una posibilidad para mí, no son las mismas realidades que las que existen en Latinoamérica, no podría elegir un lugar diferente», expresó.
Contó que lo que más le gusta de ese país son «las colectividades y la interculturalidad«. «Además, tiene muy desarrollada el área rural, que es lo que siempre me interesó», agregó.
Sofía logró cumplir con los requisitos y mandó su postulación. Además de la suya, fueron 11 los estudiantes que aplicaron para la beca.
A la par, siguió estudiando y realizando actividades en defensa de la universidad pública, como ese dos de octubre. Allí, a minutos de comenzar la movilización le llegó el tan esperado mensaje. «Cuando me llegó el mail de que había quedado en la movilidad y la ayuda económica fue muy emocionante», expresó.
Sofía asistirá a la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, en Medellín, Colombia. El intercambio, que comenzará entre febrero y marzo del próximo año tendrá una duración de hasta seis meses.
«Para mí significa mucho más allá de mi desarrollo profesional particular, porque a nuestra carrera la concebimos desde un primer momento, como nos dicen nuestros profes, partiendo de que el trabajo social es colectivo», aseguró.
Mencionó la importancia de que estas posibilidades se den en contextos donde la universidad atraviesa una crisis presupuestaria y de crecientes cuestionamientos sobre su rol y sostenibilidad.
«Que se lleve adelante justo en estos momentos me conmueve muchísimo. Personalmente, junto con mi familia, estoy muy agradecida con la universidad pública porque me está dando la posibilidad de estudiar», expuso.
Emocionada, agregó: “Resalto ese valor porque nos brinda oportunidades a quienes no las teníamos. Si me hubiera quedado en mi pueblo porque no podía asistir a la universidad, no habría tenido la posibilidad de estudiar lo que quería”, finalizó emocionada.