En el caso de la UNSa, la afectación directa se refleja en una obra en la Facultad de Ingeniería. Sin embargo, en realidad, son siete las obras que han quedado inconclusas. Es importante señalar que la mayoría de estos proyectos estaban destinados a las sedes del interior de la provincia.
En el caso de la UNSa, la afectación directa se refleja en una obra en la Facultad de Ingeniería. Sin embargo, en realidad, son siete las obras que han quedado inconclusas. Es importante señalar que la mayoría de estos proyectos estaban destinados a las sedes del interior de la provincia.
Las autoridades universitarias ya han realizado los reclamos pertinentes, pero desde el Ministerio de Economía de la Nación afirman que las obras en las universidades «no son una prioridad». En rigor, esta decisión parece responder más a una postura política.
Ante esta situación, hasta el gobernador Gustavo Sáenz se ha pronunciado, manifestando su descontento con las medidas adoptadas por el gobierno nacional.
Hasta el momento, la Provincia no ha logrado avanzar en la construcción de los 12 nuevos establecimientos educativos de los niveles inicial, primario, secundario y superior no universitario, cuya ejecución también fue frenada por Nación tras la asunción de Milei. Se espera que se reactiven tras una convenio que se firmó con la ministra Sandra Pettovello la semana pasada.
Si bien la política universitaria no es competencia de la provincia, la decisión de Nación se da en un contexto marcado por la discusión y posterior veto de la Ley de Financiamiento Universitario, lo que ha desencadenado tomas y clases abiertas en las universidades públicas de todo el país.
En la UNSa, al igual que en todas las universidades públicas, existe una clara preocupación por lo que consideran un proceso de desfinanciamiento con el objetivo final de avanzar hacia el arancelamiento y posterior privatización de la educación universitaria.
Desde el Gobierno nacional sostienen que las 11 obras paralizadas debieron haberse terminado en 2023 y que presentaban importantes retrasos. Estos proyectos fueron iniciados durante la gestión de Alberto Fernández y nunca llegaron a finalizarse.
En algunos casos, las obras estaban próximas a ser concluidas, pero otras apenas contaban con un bajo nivel de avance. De cualquier manera, el Gobierno decidió dejar de financiarlas, lo que añade más tensión a la discusión actual: por un lado, las universidades advierten que el presupuesto 2025 impedirá su normal funcionamiento, mientras que el Gobierno sigue insistiendo en la necesidad de auditar sus gastos.
Entre las obras rescindidas se encuentra el nuevo edificio para la Escuela de Ingeniería Electromecánica de la UNSa, el cual debió haberse terminado en mayo de 2023, pero que solo presenta un avance del 35%. El proyecto contempla la construcción de un área de 2235 m², pero actualmente está paralizado.
El Tribuno visitó el edificio y pudo constatar que solo se ha construido la estructura. Durante la visita, se dialogó con el secretario de Obras, Servicios y Mantenimiento de la Universidad Nacional de Salta, Edgardo Sham, quien explicó la situación de esa obra paralizada y de los demás proyectos detenidos.
Menos del 40%
El ingeniero Sham confirmó que el edificio de Ingeniería presenta un avance del 35%. «Cualquiera puede visitarlo, y da pena ver una estructura tan grande completamente paralizada», comentó. «Hubo un proceso de rescisión unilateral del contrato del Bloque D de Electromecánica debido a una distorsión en el financiamiento de la obra. Este proyecto estaba financiado por la CAF (Cooperación Andina de Fomento), que desembolsó los fondos en tiempo y forma, pero la empresa encargada de la obra no cumplió con los plazos. La licitación se realizó en 2021 por un monto de 207 millones de pesos, y la obra debía finalizar en mayo de 2023. Es por eso que el rector (Daniel Hoyos) decidió rescindir el contrato», explicó Sham.
El ingeniero detalló, con la documentación en mano, que los fondos provinieron de organismos internacionales, que realizaron los desembolsos correspondientes, pero que la empresa no cumplió con sus obligaciones. Aunque este proceso comenzó durante la presidencia de Fernández, no corresponde directamente a Nación. Las esperanzas están ahora puestas en un nuevo proyecto para terminar el edificio. El plan inicial contemplaba la construcción de un edificio de más de 2500 metros cuadrados, que hoy tendría un costo aproximado de 2600 millones de pesos.
Actualmente, las responsabilidades por la falta de avance en esta obra están en manos de la Justicia.
Los proyectos que quedaron en carpeta en la universidad
El otro edificio que quedó pendiente es el del Iniqui – Inenco (Instituto de Investigaciones para la Industria Química y el Instituto de Energía No Convencional), que ya había sido licitado y aprobado, pero que ahora no autorizan a comenzar.
Se trata de un edificio destinado al Instituto de Investigaciones creado mediante un convenio entre la Universidad Nacional de Salta (UNSa) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
El objetivo de esta obra es reunir en un solo lugar a todos los institutos de investigación científica, que actualmente están dispersos en distintas áreas de la UNSa. La unificación de estas actividades no solo facilitaría el desarrollo científico en Salta, sino que también implicaría un ahorro en múltiples aspectos.
Otro proyecto que ha quedado paralizado es el de las Aulas Norte II. Se trata de una obra pensada a futuro, con vistas al crecimiento de la matrícula proyectado a 20 años.
«Las Aulas Norte I ya tienen más de 10 años, y ya no tenemos espacio para seguir creciendo en términos de matrícula. Por eso trabajamos en este nuevo proyecto desde 2022. Hoy, lamentablemente, no tenemos esperanza de que se concrete. Pero la UNSa no es solo el Campus Castañares; la mayoría de los proyectos estaban destinados a las extensiones áulicas en el interior de la provincia. Hoy debemos informar a nuestros estudiantes que todos estos proyectos han sido detenidos por decisión del gobierno nacional», explicó Sham.
Entre las obras más significativas estaba el Comedor Universitario para la sede de Metán. También se habían proyectado aulas de 650 metros cuadrados para la sede de Metán, un espacio de 2200 m² para la sede de Orán, dos aulas de 385 m² para el IEM de Tartagal y un laboratorio de 1300 m² para Orán.
En total, son siete las obras que se han paralizado, quedando truncas debido a la decisión política del gobierno nacional de recortar las obras públicas para alcanzar el déficit cero.