El 7 de junio en esta columna Jaque Mate se ventiló un interrogante que empezaba a circular dentro del justicialismo: ¿y si José Luis Gioja quiere volver al Congreso? Prácticamente dos meses después, se levantó la segunda ola. Sigue siendo una sospecha, pero hay fuertes indicios. Sobre todo, a partir del pacto con Sergio Uñac que permitió ordenar la interna partidaria.
Es más que una conjetura. Aunque la relación entre los dos líderes del peronismo sigue muy tensa, es evidente que lograron entenderse. El reflejo fue la lista de consenso presentada el sábado pasado, que intercaló uñaquistas y giojistas con una armonía sorprendente. El acuerdo incluyó a Gioja como congresal nacional del PJ.
Atención con ese dato.
Un dirigente justicialista que viaja frecuentemente a Buenos Aires reveló un presunto plan. Según dijo, es vox populi allá donde se cocina el destino del país. Por su historia militante, por su trayectoria política, Gioja estaría llamado a conducir el Congreso Nacional del PJ.
No suena descabellado, en absoluto. Gioja ya fue presidente del partido en un momento de transición, cuando gobernaba Mauricio Macri. Habla con todos. Y hoy tiene la mirada más puesta en lo nacional que en lo provincial. Fue bastante explícito cuando pasó por Banda Ancha el miércoles de esta semana.
Su obsesión es Javier Milei. ‘Nunca imaginé que un presidente así iba a gobernar la Argentina, no es normal’, dijo el tres veces gobernador de San Juan. También reconoció el liderazgo de Cristina y que Axel Kicillof ‘es el peronista más representativo que tenemos’. Todas las definiciones fueron orientadas en la misma dirección: la reorganización nacional.
Gioja será congresal del PJ. En Buenos Aires algunos lo empiezan a ver como presidente de ese órgano partidario. Para rematar el esquema necesitaría volver a la función pública. Es decir, regresar a la Cámara de Diputados de Nación el año que viene.
Terminó su mandato parlamentario el 10 de diciembre de 2023 y quedó en el llano. Compitió por la gobernación pero ganó Marcelo Orrego. En 2025 se abrirá nuevamente la ventana para recuperar la banca y, una vez ahí, apoderarse de alguna vicepresidencia dentro del recinto. Ya ocupó ese lugar.
Puede sonar muy especulativo todo este esquema y de hecho lo es. Pero hay fuertes indicios que aconsejan empezar a visualizar este escenario.
Falta alrededor de un año para hablar de candidaturas para el Congreso. Sin embargo, hay un par de nombres dentro del justicialismo que picaron en punta: Cristian Andino y Fabián Gramajo. Los ex intendentes y ex candidatos a vicegobernador nunca dejaron de recorrer la provincia. Siguieron en campaña, tras la derrota de 2023.
Comparten la misma generación con aires de renovación. Andino más cercano a Uñac, Gramajo más próximo a Gioja. Podrían coexistir de manera complementaria, dependiendo del sistema que venga a sustituir a las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. El sanmartiniano tiene un perfil más independiente. El chimbero, en cambio, mide alto en el peronómetro.
El plan de ambos se vería sensiblemente afectado si Gioja reaparece en el tablero. Y es altamente posible que suceda. ¿Donde comen dos, comen tres? El refrán podría funcionar o no.
A pesar del tiempo transcurrido, Gioja sigue siendo un actor de peso, tanto dentro del partido como en el electorado. Quedó demostrado el año pasado: fue el segundo candidato a gobernador más votado detrás de Orrego.
En frente, el peronismo tendrá al candidato que impulse Marcelo y que muy posiblemente sea su hermano, el intendente de Santa Lucía, Juan José Orrego. Jugará también La Libertad Avanza, con la tracción que les pueda aportar Milei dependiendo de su nivel de popularidad en ese momento.
Será una parada difícil para todos, cada uno con su urgencia. Nuevamente perfila una disputa de tercios.
En resumen, Gioja irá al Congreso del PJ y hay movimientos para ungirlo como presidente de ese órgano partidario. Con ese rango, estaría obligado a recuperar su estatus de diputado nacional.
Sin embargo, nadie espere un anuncio precipitado. El ex gobernador acuñó la frase célebre de ‘no hay que almorzarse la cena’. Y tiene razón. El tema es que, antes de preparar la mesa, ya empezó a sentirse el olorcito del estofado.
JAQUE MATE