El 25 de junio pasado fue un día muy especial para San Juan. Fue cuando se logró destrabar la realización de la esperada transformación de la Ruta 40 Sur, en el tramo ubicado en Sarmiento que acercará el viejo sueño de convertir en autopista el camino que une con Mendoza. Ahora se conoció cuándo se espera empezar con la reactivación de esta trascendental obra: fines de julio o principios de agosto, según dijo a Tiempo de San Juan el ministro de Infraestructura provincial, Fernando Perea.
Los trabajos en el tramo de alrededor de 26 kilómetros, entre Tres Esquinas y Cochagual, se paralizaron hace 4 años, cuando la constructora mendocina Green se declaró en convocatoria de acreedores. Esto impactó de lleno en dos proyectos que la empresa tenía a cargo en San Juan sobre la Ruta 40 Sur: el de Sarmiento y el contiguo ubicado en Pocito, entre Cochagual y Calle 8, que quedaron con menos del 20% de avance.
El tramo sarmientino es el que logró relicitarse en 2022e incluso adjudicarse durante 2023. El 24 de noviembre del año pasado se refrendó el financiamiento de la futura autopista con la participación fundamental del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) mediante un crédito. Pero la obra nunca se comenzó.
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En octubre de 2017, se conocía que Vialidad Nacional adjudicaba a la empresa mendocina Green la obra de convertir en autopista la Ruta 40 Sur, camino a Mendoza. En diciembre de 2019, la constructora se presentó en concurso de acreedores y abandonó los trabajos con muy poco avance. Recién a mediados de 2021 se pudo destrabar la compleja maraña jurídica y rescindir el contrato a la empresa para poder relicitar. La relicitación se lanzó en febrero de 2022 y se abrieron los sobres en julio de 2023. Nunca se recomenzaron los trabajos.
Dada la importancia estratégica como vía de comunicación y como generadora de mano de obra durante su construcción, la metamorfosis de la Ruta 40 Sur genera grandes expectativas. Es por eso que la gestión de Marcelo Orrego la puso en relevancia a la hora de negociar con la Nación la reactivación de la obra pública en San Juan.
Si bien es un crédito blando que aporta el BID a San Juan, la Nación opera como una suerte de garante para este emprendimiento y durante la gestión de Javier Milei se estudió si no aparecía como un pasivo dentro de las cuentas nacionales que pudiera interferir con el plan de déficit cero del libertario.
Así las cosas, tras intensas conversaciones, Orrego logró el compromiso nacional que se plasmó en un documento formal el 25 de junio último. Ese día, el gobernador sanjuanino mantuvo una reunión con el Jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, en la que se negoció la continuidad de la obra pública.
Además del tramo de la Ruta 40 Sur entre San Juan y Mendoza, se firmó para concretar distintas etapas pendientes de la Planta de Saneamiento de Rawson, el Acueducto El Tambillo, en Iglesia, la Tercera Etapa del Sistema Cloacal de Jáchal y el Acueducto Gran Tulum.
El ministro Perea le dijo a Tiempo de San Juan sobre la ejecución de ese paquete de obras que en los próximos días prevé viajar junto con el gobernador Orrego a Buenos Aires: “ya está firmado el convenio, ahora lo que tenemos que es pactar con ellos. Simplemente es la forma de entrega de esos certificados que tiene que pagar Nación, la deuda que tiene y cómo vamos a seguir de ahora en adelante”. En este marco, comunicó que la idea es reactivar estas obras lo antes posible y aseguró que “la que está pronta a arrancar es la Ruta 40”.
Perea se mostró cauto con informar cuántos obreros ocupará la construcción de la autopista. “La verdad que estaría dando un número no muy exacto, pero va a ser bastante y es importante para todos”, destacó.
Cuándo empezaría y terminaría la nueva autopista
¿Qué pasos concretos hay que dar para iniciar la obra en terreno? El ministro orreguista dijo que “el convenio está, lo que falta hacer es la firma de inicio de obra. El inicio de obra que lo vamos a hacer junto con el gobernador en el lugar de la apertura de la Ruta”. Y le puso fecha a este fundamental acto: “La idea es que sea a fines de julio o principios de agosto”.
Perea dijo que se calcula que esta sección demandará alrededor de un año y medio de construcción. Es decir, que si se retoman los trabajos en agosto de este año, se podrán terminar a principios de 2026. Pero todo es estimativo y se maneja con cautela.
Hay mucho por hacer, ya que el abandono por parte de la empresa Green fue casi al principio de iniciadas las labores, con menos del 20% de avance: “es muy poco lo que hay, de movimiento de suelo solamente”, se lamentó el ministro orreguista.
Tal fue el grado de abandono que cuando se paralizaron las obras sobre Ruta 40 Sur, Vialidad Nacional hizo un acuerdo con Vialidad Provincial para mantener el camino a Mendoza, que había quedado con desvíos y por secciones con ripio, muy inseguro.
Tampoco se animó Perea a cotizar los trabajos que se iniciarán. “Estoy trabajando con la empresa justamente porque es lo que tengo que llevar a la reunión para actualizar los precios. Esto está del año pasado y hay un desfasaje muy grande”, analizó. Cuando se firmó em noviembre el acta compromiso de obra entre la Dirección Nacional de Vialidad San Juan y las empresas Construcciones Ivica Dumandzic y Semisa Infraestructura SA, para el financiamiento de la autopista se habló de una inversión total cercana a los $30.000 millones, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Cómo será la autopista
Para darse una idea de cómo quedará la autopista en el tramo Tres Esquinas-Cochagual se puede mirar las construcciones sobre la misma Ruta 40, en el tramo de Pocito entre Calle 5 y Calle 8 o en el acceso por el Norte, en Chimbas. La fisonomía de la vía quedará transformada de manera similar.
El trazado existente une las ciudades de Mendoza y San Juan, siendo esta la principal vía de comunicación vial utilizada fundamentalmente por el tránsito nacional e internacional que se desplaza por la Región de Cuyo en dirección Sur-Norte, formando parte de uno de los corredores más importantes de la República Argentina.
La obra proyectada posee características de autopista con dos carriles por sentido de circulación, con banquinas pavimentadas y control total de accesos, desarrollada en un entorno rural de llanura y considerando una velocidad directriz de 120 km/hora, previendo la ejecución de colectoras con estructura enripiada y pavimentada, con dársenas de detención, refugios y pasarelas peatonales para el servicio de transporte interurbano de pasajeros.
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Lo que se busca mejorar con este proyecto son las condiciones de circulación, dando más seguridad. Para ello se propone un separador físico entre los distintos sentidos de circulación; además se prevén tres intersecciones en distinto nivel, siendo los accesos o salidas desde las calzadas principales materializados por ramas.
Con el resto de las calles que actualmente interceptan la Ruta 40, se proponen accesos a las colectoras de manera que el tránsito se canalice por las mismas hasta el sitio donde pueda ingresar o cruzar en forma segura y confortable a la autopista.