El vandalismo en las instalaciones de la cooperativa de Agua de Villa de Merlo causó importantes daños en la toma de agua en el arroyo Piedra Blanca, afectando el abastecimiento en una época crítica de sequía. Además, en un loteo se robaron un grifo de abastecimiento ante emergencias.
Sabotaje en las cañerías de Piedra Blanca afecta el suministro de agua.
En medio de una crisis por la escasez de agua potable, la cooperativa de Agua de Villa de Merlo se enfrenta a un nuevo obstáculo: el vandalismo y sabotaje. Durante el fin de semana, se registraron actos de sabotaje en las instalaciones ubicadas en el arroyo de Piedra Blanca, donde se cortaron intencionalmente cañerías clave para el abastecimiento de agua. Estos caños, instalados en enero como parte de un plan de mejora, aumentaban el flujo de agua hacia la planta de tratamiento de Piedra Blanca.
El personal de la cooperativa descubrió los daños el lunes por la mañana. Se presume que los caños fueron cortados con una sierra, lo que no solo representa una pérdida económica, sino que también compromete seriamente la capacidad de captación de agua, en una temporada marcada por la escasez hídrica.
CONSECUENCIAS DEL SABOTAJE
El impacto inmediato de este vandalismo es una reducción en la capacidad de captación de agua en la zona de Piedra Blanca, justo en un momento en que el suministro ya está bajo presión por la falta de lluvias. En Villa de Merlo solo han llovido en los últimos siete meses escasos 70 milímetros.
Este tipo de acciones no solo afectan el servicio de agua potable, sino que también ponen en riesgo la seguridad de la comunidad, especialmente en épocas de sequía extrema.
OTRO CASO DE VANDALISMO
La cooperativa no solo sufrió daños en Piedra Blanca. También en el loteo Despertar del Valle, al oeste de ese emprendimiento, fue robada una válvula instalada para emergencias. Esta pieza era crucial para el abastecimiento de agua en caso de necesidad, como un incendio. Los responsables se llevaron toda la instalación, dejando al loteo sin este recurso esencial.
Estos actos de vandalismo, además de perjudicar económicamente a la cooperativa, agravan una situación ya complicada por la crisis hídrica, afectando a los habitantes de la región y dificultando aún más la gestión del recurso.