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Sigue cayendo el consumo de carne bovina en Argentina por la pérdida del poder adquisitivo

En los últimos años, los sucesivos aumentos de precios de la carne bovina produjeron una reducción en el consumo habiéndose reemplazado por otros tipos de carnes más económicas, como la aviar o la porcina. Según el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se proyecta que el consumo per cápita de carne bovina de 2024 sea el menor de los últimos 110 años[2]. El consumo anual por habitante de carne bovina en 2024 se proyecta en 44,8 kg, por debajo del promedio histórico (72,9 kg).


Asimismo, si tomamos en consideración los últimos 30 años, de acuerdo a los datos de la Secretaria de Agricultura, el consumo de carne bovina promedio per cápita, en el periodo 1994 a 2023, es de 60,2 kg, mientras que, en el año 2024, la proyección de consumo, según la BCR, alcanzaría 44,5 kg, es decir una baja de 15,7 kg.

Al considerar el promedio de los últimos 12 meses, el consumo de carne bovina por habitante se ubicó en 47,5 kg/año en septiembre de 2024, levemente por sobre las proyecciones de la BCRA. En relación a un año atrás, la caída fue de 10,9%. En tanto, el acumulado de los primeros nueve meses del año se ubicó en 46,8 kilos/hab/año y resultó 12,3% menor al registrado en igual período de 2023.

El descenso en el consumo interno de carne bovina es el reflejo de la capacidad de compra de los salarios que se ha deteriorado significativamente desde noviembre de 2023 a julio de 2024 (último dato disponible). El promedio ponderado del Índice de Salario del INDEC[3], registra una retracción en términos reales, de 10,4% en los primeros ocho meses del gobierno de Javier Milei.

El deterioro salarial modificó los hábitos de consumo en los hogares. El consumo de carne bovina fue desplazado por el de otras carnes más económicas como la aviar o porcina, que fueron ganando terreno a lo largo de los años. En 2024, por primera vez en toda la historia, el consumo de carne aviar igualaría al de carne bovina alcanzando los 44,5 kg per cápita anual.

Por su parte, el consumo de carne porcina viene creciendo significativamente a lo largo de los años, el 2023 alcanzó su pico máximo con 16,7 kg y la proyección para este año es de 16,4 kg.

En contraposición, en lo transcurrido de 2024 se incrementaron las exportaciones de carne argentina. El gobierno habilitó a comienzos de enero la exportación de todos los cortes, sean frescos, enfriados o congelados, tras perder vigencia las regulaciones que se habían establecido a través del Decreto 911/21, que prohibía los embarques de “cortes populares”, como asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, entre otros. De esta manera, aumentaron de manera significativa las toneladas exportadas.

Tal como se observa en el gráfico a continuación, las exportaciones acumuladas en los primeros nueve meses del año 2024 alcanzaron 699.987 toneladas, ubicándose 13% por encima del promedio de los últimos 5 años (619.410 toneladas). De este modo, podemos concluir que la carne que dejó de consumirse en Argentina fue depositada en el mercado externo.

En septiembre 2024, las ventas al exterior de carne bovina registraron un aumento de 2,9% respecto al mes de agosto 2024 y resultaron considerablemente superiores (+45,3%) a las de septiembre 2023.

La brecha entre el precio mayorista y el precio en góndola Si analizamos la dinámica de precios de carne en mostrador junto con el precio de novillo y la inflación, se observa que las subas en hacienda y mostrador acumuladas superan a la inflación general durante prácticamente todo el período analizado. Esta dinámica se modifica a partir de abril de 2024, producto del aumento de la inflación general en relación a la suba de precios de carne bovina en góndola.

Adicionalmente es posible observar que hay una estrecha correlación entre el precio mayorista y el minorista. Sin embargo, en los últimos tres meses, mientras que el precio minorista evoluciona de forma similar a la inflación, el precio en hacienda continúa disminuyendo en términos reales.

En términos interanuales, tanto el precio mayorista como en góndola se ubicaron por debajo de la inflación general: el incremento fue de 165,5% para novillito, 163,6% en góndola y 209,1% para el IPC

Magro aumento de la oferta de faena en septiembre Durante 2023, producto de la sequía, se experimentó una salida de faena, sobre todo vacas, bastante anticipada que se mantuvo muy firme durante todo el año. Resultado de ello, en todo el 2023, se enviaron a faena 14,5 millones de cabezas, 1 millón más que las faenadas en 2022, lo que equivale a un incremento del 8% anual.

Superada la etapa de sequía, en el periodo de enero a septiembre de 2024 se observa en todos los meses un descenso en términos interanuales de los envíos a faena salvo por los meses de febrero y septiembre en donde los guarismos aumentan 0,16 y 2,51% respectivamente. De acuerdo a los datos publicados por SENASA, referidos a traslados de hacienda a plantas frigoríficas, se registraron en septiembre 1,19 millones de cabezas faenadas, un valor 1,4% inferior a los remitidos en agosto y 2,51% superior respecto de septiembre de 2023.

En el análisis por categorías, durante el mes de septiembre el mayor incremento en los traslados a faena lo explican vaquillonas y machos enteros (MEJ), con un aumento de 4,4 y 3,3% respectivamente en comparación con agosto. En base a esta estadística, en los primeros nueve meses del año, la cantidad de animales enviados a faena resulta 7,2% inferior a 2023 pero todavía ligeramente superior lo registrado en 2022 (+1,8%).

Nueva retracción de precios en las primeras 3 semanas de octubre Luego de la devaluación del 13 de diciembre, el precio de la hacienda en el mercado de Cañuelas mostró un fuerte incremento. El novillito liviano que en los 10 primeros días de diciembre rondaba los $1.660 el kilo, tras la devaluación, llegó a superar $1.950 el kilo y el promedio de diciembre marcó un incremento de 46% respecto al promedio de noviembre. En el primer cuatrimestre del año, la suba en promedio fue de 42% y luego se moderó en junio subiendo 0,5% respecto al promedio de mayo.

En los meses posteriores, julio, agosto y septiembre evidencian retracciones de 2,0;  0,6 y 3,8% respectivamente.

Finalmente, en lo transcurrido hasta el día 22 de octubre, el precio promedio del novillito de consumo interno registra una nueva baja intermensual de 1,1% en el mercado mayorista, alcanzando $1.965 el kilo.

Fuente: Centro Público de Economía Argentina