Según fuentes provinciales, unas 80 empresas de Santa Fe implementan suspensiones de personal para evitar la drástica decisión de despidos ante la recesión que por falta de demanda obliga a reducir la producción. Si los alrededor de 10 mil cesantías temporales se convierten o no en desvinculación laboral depende de una pronta recuperación de la actividad económica.
“En el país hubo un incremento de la tasa de desocupación, que es del 7,7%. Santa Fe estuvo por debajo de la media nacional y, tomando los grandes aglomerados, el desempleo en el Gran Rosario pasó de 4,7% en el último trimestre de 2023 a un 5,6% en el primer trimestre de 2024, mientras que en el Gran Santa Fe pasó del 6,3% a 7,6%”, puso el escenario en cifras el secretario de Trabajo de la provincia, Julio Genesini, en diálogo con Aire de Santa Fe.
El funcionario explicó que la “retracción económica que ya venía manifestándose durante los últimos meses del 2023” pero se profundizó desde enero último. A partir de entonces, dijo, “los distintos sectores están refiriendo caídas de la actividad de un 30% a un 40%”.
Para sortear el escenario, siguió Genesini, “las empresas recurrieron a las suspensiones como forma de evitar los despidos”. No se trata, aclaró, de decisiones unilaterales sino mediante “acuerdos entre sindicatos y empresas homologados por el Ministerio de Trabajo” en función de lo previsto en el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo. El apartado, explicó, admite que “en los casos de falta o disminución de trabajo no imputables al empleador, se puede suspender a los trabajadores con un acuerdo y se paga mientras dura la suspensión una suma no remunerativa”. El monto, añadió, varía entre un 75% y 80% del salario de bolsillo aunque en algunos casos llega a la totalidad. En contrapartida, por el carácter no remunerativo, las empresas no pagan los aportes previsionales. Por esa vía, disminuyen la masa salarial de erogaciones ante el momento de crisis.
El secretario, ante la decisión del Gobierno nacional de suspender la obra pública que depende de ese nivel del Estado, la gestión provincial la sostiene, lo que impacta sobre todo en el sector de la construcción y los que dependen del mismo. Así y todo, el panorama no es alentador. “En el Ministerio (de Trabajo, Empleo y Seguridad Social) se advierte que en empresas o emprendimientos de menor envergadura se están dando desvinculaciones”, señaló. Menos dramático es en las grandes: “Apelan a las suspensiones porque tratan de preservar sus equipos de trabajo para cuando se reactive la economía”, señaló en referencia, en muchos casos, a personal calificado que demanda años de formación.
Todo depende de cómo evoluciones la actividad según las políticas nacionales, que por el momento son recesivas. “Si la recesión se extiende en el tiempo, seguramente vamos a tener otro escenario con decisiones de otro tipo por parte de las empresas”, lamentó en referencia a los despidos. “Todo va a determinar mucho de cómo funcione la economía y si hay una reactivación. Aquí también se ponen en juego las posibilidades de la gente que perdió el trabajo, de reinsertarse en tanto haya una reactivación”, añadió sobre los que ya quedaron afuera.
Como dato esperanzador en cuanto a las consecuencias actuales del escenario nacional sobre la provincia, Genesini aportó que “Gran Santa Fe y Gran Rosario están por debajo de la media nacional” de desempleo y lo atribuyó al “gran esfuerzo del Gobierno provincial con políticas contra-cíclicas, que de alguna manera han amortiguado el impacto de la recesión”.