La mujer quedó muy acongojada
El 4 de septiembre Paula Van de Walle llegó a la ciudad catamarqueña de Andalgalá completamente agotada. Había manejado sola los más de 1500 kilómetros que separaban a Tandil de su destino final.
Las casi 18 horas de ruta a bordo de su Ford Fiesta Max, modelo 2006, las realizó para concretar la compra de un colectivo Mercedes Benz que había visto en Facebook Marketplace, en el cual soñaba con comenzar una nueva vida.
“Al dueño le entregué dinero y mi auto. La idea era pagar todo y volver a Tandil en el motorhome, manejando yo sola obviamente. El 6 de septiembre, el dueño puso en marcha el vehículo en una bajada. A los dos kilómetros, en una curva, chocamos contra una casa y volcamos”, contó Paula.
La mujer sufrió un leve traumatismo de cráneo y un corte en su frente. Una ambulancia arribó hasta el lugar y la trasladó hasta el hospital más cercano para que la curaran.
El dueño del motorhome no se hizo cargo del hecho y Vialidad tampoco. Paula tramitó un permiso policial para que, con una custodia especial, la dejaran manejar el vehículo hasta la capital catamarqueña y allí buscar un taller que le reparara los daños.
“Me pusieron el frente ensamblado de otro colectivo que ni es Mercedes Benz. Luces sin conexión y un chaperío mal colocado. Me habían pasado un presupuesto de $500.000 que se transformó en $640.000. Pagué todo. Sin embargo, luego de un mes de estar varada acá, me pidieron otros $200.000″, continuó la mujer.
Denuncia ante la Justicia y un nuevo pedido de dinero Luego de luchar para que se lo devolvieran, finalmente fue una fiscalía para radicar la denuncia contra los dueños del taller mecánico.
“Les pedí que me lo dieran así como estaba, que quería llevármelo a otro lugar en donde sí pudieran repararlo. Ellos lo tuvieron 20 días y trabajaron dos. Encima me sacaron la batería que estaba nueva”, sostuvo Paula.
“Hice la entrega del dinero y un policía mediaba entre ellos y yo. Oficiaba de intermediario. Al rato vino y me dijo que exigían $100.000 por la batería. Así que no hubo arreglo. Fue por eso que decidí hacer la denuncia”, remarcó.
A 38 días de su llegada a Catamarca, Paula sacó de su bolsilló US$5200 para pagar el motorhome (también dejó su vehículo como parte de pago), $1.040.000 a los chapistas y $500.000 en hospedaje y comidas.
“Yo vendí todo porque mi objetivo es vivir en un motorhome. Me desprendí de muebles y electrodomésticos, puse todos mis ahorros. En Tandil soy artesana y tengo un emprendimiento allá. Dejé todos los productos, así que acá no puedo fabricar nada y estoy sin trabajar”, detalló.
Paula, que hace más de un mes y medio que no ve a sus hijos porque están en Tandil, le exige a la Justicia catamarqueña una solución para resolver un conflicto en el que se siente presa y “estafada por un grupo de personas que vio mi necesidad y se aprovechó de mí”.
Paula lanzó una campaña en sus redes sociales en donde compartió su número de teléfono y un alias para quienes la puedan ayudar a recuperar su motorhome y volver a Tandil. “Extraño a mis hijos, necesito regresar”, se sinceró.