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50 AÑOS DE LA UNSE: VIDA Y OBRA DE UNA INSTITUCIÓN CLAVE EN LA PROVINCIA

10/05/2023 – 02:59 Santiago

Dr. Ing. Juan Carlos MedinaDecano Facultad de Ciencias Forestales

La Unse cumple hoy 50 años como universidad pública, gratuita, autónoma y cogobernada. Y lo celebra junto con toda la comunidad que la vio nacer y con quien fue creciendo bajo el deseo de cumplir los sueños y anhelos de sus jóvenes. Una institución que trabaja día a día haciendo realidad el derecho a la educación superior de ciudadanos y ciudadanas, brindando un servicio educativo con calidad académica y una formación que alcance cada vez más territorio provincial, manifestando así su compromiso con la sociedad.

En 50 años de historia, más de 20 mil egresados y egresadas de las carreras de pregrado y grado y más de 400 de posgrado, han transformado sus vidas y las de miles de personas; y han contribuido al crecimiento y desarrollo de la provincia, la región y el país. El surgimiento de esta institución educativa ha sido claramente en respuesta a una necesidad de la sociedad local. Y se puede apreciar a las claras cómo en el transcurso de estos 50 años, ha cimentado fuertemente sus raíces, ha crecido y proliferado en profesionales que aportan a su vez, al desarrollo de la comunidad donde se insertan. Hoy en día la Unse, es un pilar de la Educación Superior santiagueña.

Nació el 10 de mayo de 1973, según fecha del Decreto Ley N° 20.364 que dispuso su creación. Su período de gestación transcurre durante gobiernos militares o de democracia vigilada y se desarrolla con la fuerza y el impulso de quienes luchaban por una universidad del pueblo. La Casa del Maestro albergó sus primeras aulas para el dictado de la Ingeniería Forestal, y recién en 1975 se inauguró la sede de avenida Begrano en un terreno de 1,2ha cedido por el gobierno de la provincia. Luego vendría más crecimiento en infraestructura y más carreras que se sumaban a las necesidades de un Santiago que anhelaba un futuro más prometedor. Era una universidad que crecía gracias al esfuerzo de docentes y estudiantes que marcaron el camino para las futuras generaciones.

El mismo compromiso que se mantuvo a lo largo de los años y que la mantiene en funcionamiento con 3 sedes en la ciudad capital, un Jardín Botánico y numerosas sedes y extensiones áulicas en el territorio provincial fruto del trabajo articulado con los gobiernos locales. Posee una extensa oferta de carreras de preg r a d o , g r a – do y posgrado que dicta en sus cinco Facultades: Agronomía y Agroindustrias; Ciencias Exactas y Tecnologías; Ciencias Forestales; Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud; Ciencias Médicas; y su Escuela para la Innovación Educativa con 20 unidades de apoyo en más de 10 provincias argentinas y la Escuela de Artes y Oficios que actualmente cuenta con más de 130 espacios de capacitación y es modelo en nuestra región.

La Unse se encuentra hoy en diálogo permanente con la sociedad, alcanzando la excelencia académica y científica, en constante crecimiento desde la innovación y la transferencia tecnológica, con un alto compromiso ético, responsabilidad y servicio para el desarrollo sustentable del territorio en el que impacta. En los últimos cincuenta años varias generaciones de investigadores e investigadoras, docentes y estudiantes, han emprendido en la Unse la ardua tarea de construir nuevos conocimientos sobre la provincia y la región en la que vivimos. Sobre nuestra cultura y nuestra naturaleza. Las periferias son más estudiadas – observadas y juzgadas – desde afuera, desde la perspectiva de los grandes centros del saber.

La mirada propia, de los hombres y mujeres que comparten la cotidianeidad, el trabajo, la herencia y las experiencias de nuestro mundo de la vida, es fundamental para saber quiénes somos, donde estamos, y sobre todo qué podemos hacer con el mundo más inmediato que nos rodea. En sus laboratorios trabajan 377 investigadores categorizados según el sistema nacional y 191 investigadores con categorización interna Unse. Desarrollan tareas científicas en los diferentes institutos de investigación que se encuentran en las Facultades y Rectorado; y en institutos de doble dependencia Unse-Conicet: Instituto de Bionanotecnología del NOA (Inbionatec), Centro de Investigación en Biofísica Aplicada y Alimentos (Cibaal); Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (Indes) y el Instituto Multidisciplinario de Salud, Tecnología y Desarrollo (Imsated). La Unse celebra 50 años de historia de saberes que transformaron la vida de los santiagueños.

Celebra dándole la oportunidad a miles de personas de todas las edades de estudiar y obtener un título universitario. Los acompaña y contiene con un sistema de becas, una residencia universitaria y una formación integral que suma con valores deportivos, espíritu emprendedor, inclusión y respeto a la diversidad. En este camino, sus estudiantes siempre fueron, son y serán la razón de su existencia y su mayor orgullo. Compartir la felicidad de la obtención de un título universitario con el que abren un nuevo camino, pleno de posibilidades, refuerza el compromiso de ser siempre la Universidad que abre sus puertas a un mundo de experiencias, al desarrollo del conocimiento, a la generación de mayores y mejores oportunidades. Estos 50 años nos instan al recuerdo de lo vivido, de las personas que hicieron y hacen día a día que la universidad crezca; nos invitan a reforzar el compromiso con la sociedad compartiendo los saberes; nos convoca a continuar generando innovaciones e investigaciones que fortalezcan el conocimiento; a saber que la Unse es ese lugar que se siente propio, por todos los recuerdos que se construyen cotidianamente. Celebramos medio siglo de historia.

Lo hacemos en comunidad, cultivando y compartiendo un núcleo de valores en común, en el marco del respeto por la pluralidad de ideas y convicciones. Nuestro pasado y nuestro presente están motorizados por la sinergia de lo colectivo. ¿Cuánto nos hemos transformado en estos años? Hay un antes y un después de la educación pública, gratuita, laica, inclusiva, que promueve la innovación tecnológica, el espíritu emprendedor, los valores deportivos, el pensamiento crítico, el compromiso con el medio ambiente y el respeto por la diversidad. Caminamos 50 años de transformaciones. Cada paso se ha traducido en esfuerzo, resiliencia, solidaridad, oportunidades, derechos ganados. Hemos mantenido nuestras puertas abiertas a toda expresión del saber. Saberes que transforman, que hacen realidad sueños, que brindan oportunidades, que otorgan libertades, equidad y justicia social. 

LA UNSE, CINCUENTA AÑOS DE TRANSFORMACIÓN

Ing. Héctor Rubén Paz, Rector

En la vida de una sociedad el transcurso del tiempo no es estrictamente movimiento ni mero desgaste, ni duración. El paso del tiempo es un complejo proceso de despliegue de fuerzas sociales que significa creación, producción, incremento de ser y de sentido. Las sociedades acumulan en el tiempo una experiencia y un baluarte de sedimentos, que las acrecientan y fortalecen. Por eso cincuenta años de vida como Universidad es ser más Universidad. Tras estas cinco décadas, la Unse ha incrementado su desarrollo académico, ha mejorado su potencial de inclusión y multiplicado su presencia a lo largo y lo ancho del territorio provincial.

Ha profundizado su identidad pluralista, inclusiva, reformista y autónoma. Tras cinco décadas de vida institucional la Unse ha potenciado, además, su incidencia transformadora en el orden individual y colectivo, mediante la formación de profesionales, la investigación y la transferencia de saberes hacia nuestra sociedad.

Pero, además, es necesario tener presente que esa incidencia se remonta mucho más atrás de las cinco décadas que hoy con orgullo celebramos. Ello es así, porque entendemos que la enseñanza superior en la Argentina ha tenido origen en Santiago del Estero, en 1609. En ese año, mediante Real Cédula del 25 de julio, el rey de España creó el Seminario Santa Catalina Virgen y Mártir en nuestra ciudad. Fue el segundo obispo de Santiago del Estero, Fernando Trejo y Sanabria, quien lo puso en funcionamiento en 1611 y designó para su dirección a la Compañía de Jesús.

El seminario funcionó hasta 1634, cuando la orden religiosa renunció a la conducción y abandonó la provincia. Este antecedente significa que la incidencia de Santiago del Estero en el desarrollo de la educación de Nivel Superior ha sido mucho más que esas cinco décadas y que debemos tener presente que nuestra ciudad, no solo es “Madre de Ciudades”, como la conocemos. Bien podríamos decir que Santiago es “Madre de universidades”, en el sentido de haber hecho posible los primeros estudios superiores en el territorio argentino.

Estudios que, desde 1973, desafían a nuestra universidad con la llegada concreta a un territorio tan vasto y con una geografía tan diversa como la de nuestra provincia, con la población rural más grande de la República Argentina. Los vínculos que se generan con las comisiones municipales e Intendencias, permiten hacer realidad el acceso a la educación superior mediante la implementación de puntos de conectividad. La presencia territorial forma parte del compromiso asumido y por el que se trabaja intensa y permanentemente. Sin dudas, el ritmo que imponen los desarrollos científicos y tecnológicos interpelan profundamente a la universidad, que asume el desafío constante de la innovación en sus procesos educativos.

En momentos de profunda complejidad, como el vivido durante la pandemia por Covid-19, pudieron ser transitados y superados gracias a la rápida adecuación de docentes, nodocentes y estudiantes a una modalidad de enseñanza, totalmente mediada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Ser una de las universidades que logró la aprobación del Sistema de Educación a Distancia (Sied) y las inversiones realizadas para garantizar la conectividad y creación de cientos de aulas virtuales, resultaron fundamentales para la continuidad de los estudios en todas las carreras.

A cincuenta años de la creación de nuestra universidad, se hace necesario hoy actualizar la agenda universitaria que se genera a través de propuestas adaptativas a los vertiginosos cambios acaecidos no solamente en la ciencia y tecnología, sino también ante las condiciones de vida que nos presenta la realidad.

La bionanotecnología, la inteligencia artificial, las redes neuronales, los sistemas expertos, la lógica difusa, la simulación, la realidad aumentada, la realidad virtual, la realidad mixta, las telecomunicaciones, la ciudadanía espacial, la biología molecular, las teorías del pensamiento complejo, la inter – trans – multi disciplinariedad, la internacionalización de la Educación Superior, la sustentabilidad, la defensa del medio ambiente, el emprendedorismo, la interculturalidad, las ciencias sociales, las perspectivas de género, la diversidad, la pluralidad de ideas, la campesinidad, la agroecología, la agricultura familiar, los pueblos indígenas y afrodescendientes, la economía social y solidaria, la salud, la bioética, el compromiso social universitario, la democratización del conocimiento, los Campus Virtuales, la Conectividad, los Protocolos de Bioseguridad, son parte de los desafíos que hoy se presentan a la Universidad. Un camino de cincuenta años es la medida de un tiempo que ya podemos reconocer como valor en el presente y como construcción de futuro.

NOS SALUDA 

Dr. Gerardo Zamora, Gobernador

Quiero enviar un afectuoso saludo a toda la comunidad de la Universidad Nacional de Santiago del Estero en estos 50 años al servicio de la educación santiagueña; que significan un orgullo para nuestra provincia y el país, por la excelencia tanto en la docencia como en la investigación. A lo largo de estos años, esta prestigiosa institución permitió garantizar el acceso a los estudios superiores a miles de familias y bajo esa premisa, formar profesionales críticos y ciudadanos comprometidos. Ese compromiso con la comunidad que nos une, nos llevó a trabajar juntos en muchos objetivos, como ejemplo la creación de la Facultad de Ciencias Médicas, algo que nos está permitiendo ya, empezar a cosechar en función de los que significan en la sociedad los primeros médicos y médicas egresados de la carrera. Por todo ello y compartiendo la alegría de este presente y la esperanza de muchos éxitos en el futuro, le envío a nuestra querida Unse un Feliz 50° aniversario!! 

Elías Suárez, Jefe de Gabinete

En este día tan importante para la Universidad Nacional de Santiago del Estero, quiero saludar con un afectuoso saludo a todas sus autoridades, profesores, graduados, estudiantes y no docentes, así como también transmitir mi enorme agradecimiento por acompañar a través de “saberes que transforman”, la construcción de una mejor provincia. Este aniversario nos encuentra en un momento muy especial para nuestro país y para su gente, que nos permite, con sus contribuciones, poder enorgullecernos de la Universidad pública, gratuita y de excelencia.

Dra. Matilde O’Mill, Ministra de Justicia yDD HH de la Provincia de Santiago del Estero.

A la comunidad de la Unse en su 50° aniversario: Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Santiago del Estero felicitamos a esta prestigiosa institución por su compromiso con la formación de los profesionales santiagueños, enarbolando los ideales de la educación universal, laica y gratuita, acompañando asimismo los nuevos paradigmas de derechos humanos necesarios en nuestra sociedad.

MEDICINA, LA CONCRECIÓN DE UN ANHELO EN LA PROVINCIA

Méd. Esp. Eduardo Lian Allub, Decano Normalizador Facultad de Ciencias Médicas

Momento histórico para nuestra Universidad, nuestra sociedad y nuestra provincia. 50 años que atravesaron distintos momentos de la historia argentina y, en especial de nuestra provincia, que encontró a un grupo entusiasta de jóvenes profesionales dispuestos a iniciar el camino de transformación a través de la formación académica y científica. Como dice el lema “Saberes que transforman”, realidad que se ve plasmada en los innumerables profesionales que en estos 50 años egresaron de la Universidad y pusieron su conocimiento y profesionalismo al servicio de la ciudad y de la provincia, provocando verdaderos cambios innovadores. Profesionales que trascienden al territorio santiagueño, llevando ese conocimiento a distintos rincones de nuestro país y del mundo. Una Universidad comprometida con el pueblo y los derechos humanos, que supo superar el período de la dictadura, que supo reconvertirse para enfrentar la reciente pandemia y continuar cumpliendo su misión sin claudicar. Que construye día a día lazos y redes interinstitucionales para llegar a cada rincón de nuestro territorio y a cada uno de sus habitantes. 50 años en los que la Unse supo escuchar las necesidades de la sociedad santiagueña y dar respuestas aceptando y asumiendo con responsabilidad y compromiso grandes desafíos, como fue la reciente creación de la Facultad de Ciencias Médicas y su carrera de medicina. Este gran reto asumido, vino a cumplir con el anhelo de cientos de jóvenes comprovincianos que no tenían la posibilidad de concretar el sueño de ser médicos y responder a la necesidad de formación de recursos humanos para nuestra provincia. Universidad Nacional de Santiago del Estero, es un orgullo pertenecer a esta gran familia universitaria. Docentes, no docentes, Alumnos y Egresados hoy queremos celebrar estos primeros 50 años agradeciendo a todos los que nos precedieron y entregaron su vida al servicio de esta institución e hicieron posible que hoy estemos aquí celebrando. ¡Felices 50 años, Unse!

Dra. Ing. Myriam Villareal,Decana Facultad de Agronomía y Agroindustrias

Hacer una mirada retrospectiva de los 50 años de vida de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (Unse), y en particular de la Facultad de Agronomía y Agroindustrias (FAyA), implica transitar y recordar un camino de incesantes logros y desafíos en tiempos de pujanza y también en tiempos de altas complejidades sociales y políticas en el que las libertades democráticas estuvieron, en nuestros inicios, fuertemente afectadas. Sin embargo, los departamentos académicos y las posteriores facultades nunca dejamos de proyectarnos hacia nuevos horizontes que den respuestas a necesidades sociales, productivas, tecnológicas, científicas, culturales y de salud. La FAyA consolidó, en el tiempo, un modelo democrático, participativo e inclusivo, con el pleno desarrollo de sus funciones sustantivas materializadas a través de sus propuestas formativas de calidad (una diplomatura, una carrera de pregrado, cinco carreras de grado y seis carreras de posgrado); una tecnicatura preuniversitaria a través de la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja (EAGyG); del fortalecimiento de políticas de investigación y, en esta última década, sumando las políticas de extensión, que claramente aportan al desarrollo científico y productivo de la provincia y la región, constituyéndose la Facultad en una de las referentes regionales. Recorrer nuestra rica historia, recrear en la memoria nuestros orígenes, aquellos que definieron nuestra identidad y también la transformación que en el tiempo tuvo la misma, nos hace plenamente conscientes de todo el potencial de excelencia de nuestra comunidad educativa, lo cual le otorga un lugar de privilegio para enfrentar los futuros desafíos de un mundo incierto en permanente y acelerada transformación. En este medio siglo de vida, la FAyA, sin detenerse, creció, se transformó, evolucionó. Sus más de 70 proyectos de investigación, extensión y voluntariado; la expansión de sus servicios a terceros; sus ofertas de perfeccionamiento y actualización profesional, sus múltiples acuerdos con diferentes sectores y organismos públicos y privados, sus carreras de grado y posgrado interinstitucionales acreditadas dan muestras de su fortalecimiento y de la madurez institucional adquirida. Sin embargo, nada de lo expresado previamente cobra verdadero sentido si no realizamos nuestra mirada sobre los más de 1200 estudiantes de la provincia, de la región y de países hermanos que tienen la oportunidad y optan por formarse en las carreras de la Facultad y sobre los más de 300 niños y jóvenes que la EAGyG forma y que serán las semillas de cambio de muchas familias y localidades del interior de la provincia. Y en este sentido, también merece mencionarse el reconocimiento de nuestros técnicos, profesionales y posgraduados que hoy ocupan puestos gerenciales en empresas de primera línea, en organismos públicos, en ámbitos del Conicet, Inta e Inti y llevan adelante exitosamente emprendimientos privados. Orgullosamente, hoy podemos afirmar que en estos 50 años de la FAyA y en los 73 años de la EAGyG cumplimos un rol importante en nuestra provincia y región. Sin embargo, nuestro compromiso como institución de educación superior nos obliga a repensarnos, a revisar críticamente nuestra historia, a innovar, crear y seguir promoviendo valores ciudadanos y solidarios, con la profunda convicción que los saberes transformaron y seguirán transformando las vidas de miles de santiagueños y santiagueñas que confiaron y confían sus sueños en la Unse y en la FAyA. ¡Orgullosamente somos parte de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, somos Facultad de Agronomía y Agroindustrias!

Esp. Ing. Pedro Juvenal Basualdo, Decano Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías

Decano Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías

Puede resultar difícil analizar desde el hoy, de por sí complejo en extremo, el pasado de la Unse que yo viví como alumno en sus comienzos y lo que hoy es nuestra Universidad. Ingresé en mi Universidad en 1977 a cursar Ingeniería Vial. Desde el primer día la encontré transformada, había estado en lo que hoy es el pabellón del Rectorado en mi último año del secundario, cuando todavía existía el viejo edificio del Hogar de Ancianos adaptado como aula y entraba en el nuevo pabellón, recién construido para mí. Teníamos el curso de ingreso en lo que se llamaba el aula Uno de la universidad. Superada esa instancia de admisión, las clases de lo que hoy llamamos sistemas de representación se daban en la Casa del Maestro, en calle Independencia, en un salón grande del primer piso, donde los alumnos teníamos nuestro tablero para dibujar. También en aquella Casa, concurríamos a las clases de química y el primer laboratorio. Matemáticas, Física y algunas otras, se dictaban en el aula Uno de la sede central. Casi sin darnos cuenta, al menos los alumnos, la Universidad, “mi Universidad”, crecía rápidamente. De golpe, ya cursaba las asignaturas de 2º y luego 3º y me encontraba con una infraestructura en construcción, con alumnos en formación tanto técnica como humana. Coseché grandes amigos entre los profesores, el personal de servicio (hoy Nodocentes) y mis compañeros, muchos de los cuales son hoy colegas y padres de mis alumnos. Fueron años duros para nuestra Argentina, sin embargo, la vida universitaria nos permitía tener un norte, que en gran parte nos distraía de lo que pasaba afuera. Fue en ese tiempo que comencé a pensar la Universidad como nuestra, me interesaban la vida académica, pero también los procesos de cambio permanente que se vivían en la administración académico- administrativa de la UNSE, que empezaba a dejar de ser mía para pasar naturalmente a ser nuestra. Los cambios eran tan rápidos y notables, mientras podía cursar mis materias, compartir con mis amigos horas de estudio, participar en un conjunto de flautas (eran de la Unse) y participar del equipo de rugby, etc. Llegó el momento en que había que decidir con qué quedarse y qué dejar, para poder seguir estudiando con responsabilidad. Rápidamente pasaron los años y en el último que cursaba, comenzaron las reuniones entre alumnos para, por ejemplo, solicitar la creación la carrera de Ingeniería Civil. En el medio pasaron muchas cosas en el país, en la Unse, en nuestras vidas en definitiva, que fueron formando parte de lo que somos cada uno. Terminé la carrera de Ingeniería Vial a finales de 1983 y en 1984, me entregó el título el primer Decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías, el Ing. Antonio Gallego. La Universidad había pasado de una Universidad ordenada por Departamentos a la nueva organización por Facultades. Si tenemos en cuenta que la Unse se creó en 1973 podemos concluir, rápidamente, que entre el año de creación y el año de 1984, su crecimiento medido en nuevas carreras, nueva organización, nueva infraestructura, proceso de normalización, etc. fue increíble. Sería una evaluación acotada a aquellos años y equivocada, porque este crecimiento siguió, y creo que además se aceleró. En nuestra Facultad durante estos jóvenes 50 años se organizó el Consejo Directivo, se generó la Sede Parque Industrial, se crearon nuevas carreras de pregrado, grado y posgrado pasando de las seis de los comienzos a las veintiséis actuales; se incorporaron docentes, se iniciaron los procesos de internacionalización de nuestras carreras, se implementaron los concursos para docentes y Nodocentes, se consolidó del Centro de Estudiantes y las distintas agrupaciones de estudiantes que conviven en armonía; se crearon Secretarías y Áreas; aumentaron notablemente los alumnos y egresados. Nos alegramos al ver que nuestros alumnos y egresados son requeridos permanentemente por el mundo laboral de nuestro país y del exterior; transitamos con éxito la primera acreditación de nuestras carreras de grado y posgrado; generamos cuatro Institutos de Investigación y Servicios dentro de la Facultad y nos asociamos en otro de doble dependencia; trabajamos hoy en la tercera acreditación de dos carreras y próximamente entraremos el proceso seis carreras más; nos asociamos con las demás Facultades del NOA creando el Codinoa (Consejo de Decanos del NOA), situación que favoreció claramente el intercambio de saberes, docentes, proyectos, laboratorios y realizaciones. Mediante múltiples convenios, concretamos interesantes proyectos de extensión, creamos el Gabinete de Mediación Educativa (GamE) que, entre otras funciones, mantiene un sistema de tutorías para los alumnos y el Centro Universitario Virtual (CUV) que permitió entrar rápidamente en la virtualidad, ambos con un papel fundamental durante la pandemia. En síntesis, de aquella Universidad, que resultaba ser mi sueño de estudiante a nuestra Universidad y nuestra Facultad hoy, hay un largo camino de voluntades e inteligencia, saberes que transforman, experiencias dolorosas y alegres, tiempo vivido y compartido, que nos preparan para el futuro próximo y lejano, que estoy seguro, nos invita a disfrutarlo.

INGENIERÍA FORESTAL, LA SEMILLA QUE DIO ORIGEN A LA UNSE

La Facultad de Ingeniería Forestal fue fundada en el año 1958 en Santiago del Estero. Fue creada por el Gobierno de la Provincia, quien financió su funcionamiento durante 10 años. El respaldo académico lo brindó la Universidad Nacional de Córdoba con la denominación Instituto de Ingeniería Forestal. Cabe destacar que es la primera Facultad de Ingeniería Forestal del país y la segunda de Latinoamérica. En el año 1973 con la creación de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, se realizaron gestiones para lograr la integración de las carreras de Ingeniería Forestal e Ingeniería en Industrias Forestales a la novel Universidad. Así es como, el 17 de marzo de 1975 se incorporan las mencionadas carreras a la UNSE, junto a la creación de otras ingenierías. En este período se crearon el Jardín Botánico, el Instituto de Tecnología de la Madera y el Instituto de Control Biológico. Se firmaron convenios internacionales de cooperación con República Federal de Alemania y Universidad Federal de Paraná (UFPr.), Brasil. En el año 1985 se inicia el proceso de democratización y normalización de la Unse. Se retorna a la organización por facultades, surgiendo con ello la Facultad de Ciencias Forestales que en años subsiguientes incorpora el nombre del Ing Néstor René Ledesma en reconocimiento a su destacada participación en la creación. Este período fue muy prolífico, se crearon Instituto de Silv i c u l – tura y M a – n e – j o d e Bosques, se implement a r o n l o s p r ime r o s cursos de posgrado; se instalaron las extensiones áulicas, dentro y fuera de la provincia; se firmó un convenio internacional con la Universidad Politécnica de Madrid, España; se aumentó la oferta académica, incorporando la carrera de Licenciado en Ecología y Conservación del Ambiente, de Licenciado en Enseñanza de la Biología, las tecnicaturas en Viveros y Plantaciones Forestales, Fitosanitarista, y en Aserradero y Carpintería Industrial; se creó la Revista Científica “Quebracho”; se lanzaron los posgrados con títulos de Magister y de Doctor; se incrementó notablemente la infraestructura con la compra de vehículos, el crecimiento edilicio con la incorporación de pabellones de aulas para clases presenciales y a distancia, la incorporación del Complejo Edilicio Jardín Botánico y el Centro Tecnológico de la Madera una unidad de vinculación c o n e q u i – pamiento i n d u s – trial. E s – tos hec h o s h a n pe rmi – tido mej o r a r l a cal idad de la enseñanza, la investigación y la extensión lo que se traduce en la formación de profesionales idóneos, la producción de conocimientos y servicios en el campo ambiental y forestoindustrial. Lo expuesto es una rápida descripción del crecimiento y desarrollo de la Facultad de Ciencias Forestales, que sumado al aporte de las otras unidades Académicas de la Universidad, nos indica de manera clara la importancia y relevancia que ha alcanzado la Unse hoy en sus 50 años de vida. ¡Felicidades querida Universidad Nacional de Santiago del Estero! 

Lic. Hugo Marcelino Ledesma, Decano Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud

SEMBRANDO ESPERANZA DE UN FUTURO MEJOR QUE NOS MERECEMOS HOY Y SIEMPRE

La Universidad Nacional de Santiago del Estero se constituye, desde hace 50 años, en una de las instituciones más importantes enclavadas en el corazón de nuestro pueblo santiagueño. Su contribución es amplia, diversa y profunda. Como universidad pública, inclusiva, laica, gratuita y abierta a su comunidad han aportado de manera sustancial al desarrollo local, provincial, nacional e internacional. La búsqueda de testimonios que den cuenta de ello sería altamente fructífera, y pensar en enumerarlos seguramente llevaría a incurrir en la omisión de tantas voces que desde lo individual y desde lo colectivo han protagonizado su intensa vida institucional. Pensar en la Unse como la universidad generadora de profesionales en nuestra tierra es solo un rasgo, es solo un logro. Aunque ello no significa desconocer cómo se muestra su sentir en cada uno de los egresados, siendo en gran cantidad de casos la primera generación de profesionales en las familias, mostrando a cada comprovinciano que todos pueden serlo. En sus inicios nuestra Universidad se estructuró con criterio de departamentos, situando a las disciplinas que hoy conforman la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud en el Departamento Académico de Ciencias Sociales, siendo posteriormente denominado como Departamento Académico de Ciencias Humanas; el que tuvo como oferta formativa inicial: Tecnicatura en Administración, Licenciatura en Servicio Social, Enfermería y Educador Sanitario. La Facultad fue creada en el año 1984, denominándose en un primer momento Facultad de Humanidades, y luego desde el año 1994 Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud en virtud de su amplitud de disciplinas. El crecimiento de la Universidad a lo largo de estos 50 años de vida institucional, se ha visto reflejada e impulsada desde la misma Facultad. En el ámbito académico hubo un gran desarrollo cuantitativo y cualitativo, lo que le permite hoy implementar 8 titulaciones de pregrado, 16 titulaciones de grado y 7 titulaciones de posgrado. Esto le permite dar contención a más de 10.000 estudiantes en todos sus niveles. Las actividades de investigación, extensión, vinculación y transferencia se llevan a cabo en los institutos, centros, observatorio y laboratorio propios; donde se produce un permanente diálogo de saberes con un fuerte compromiso territorial. Para ello se destaca la dedicación de los Equipos Docentes y Nodocentes que lo hacen posible. La actividad interinstitucional es intensa tanto con los consorcios y consejos de facultades del país y la región, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos nacional, provincial y locales. La Unse es una institución que deja huellas, deja marcas en cada uno de los que transitan sus aulas, pasillos, oficinas, laboratorios, campos, brindándoles no solo beneficios personales o familiares, sino sembrando esperanza de un futuro mejor que nos merecemos hoy y siempre, y que desde Ella se lo construye día a día. ¡Feliz 50° Aniversario Universidad Nacional de Santiago del Estero!