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Conflicto de tierras en Santiago del Estero: versión del MOCASE sobre los hechos recientes en la localidad de Pinto

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) ha emitido un comunicado sobre los hechos recientes en el marco de un prolongado conflicto por tierras que involucra al empresario español Alfonso Fuentes Barrau y la Comunidad Indígena Sentimiento de Mi Tierra del Pueblo Originario Sanavirón, en el paraje Las Abras, Departamento Mitre. Según el MOCASE, este conflicto data de más de 40 años, desde que Fuentes Barrau habría usurpado las tierras comunitarias, arrasando infraestructuras públicas como una posta sanitaria, una escuela y un puesto policial, entre otras.

El movimiento denuncia que el empresario ha llevado a cabo una serie de acciones violentas, incluyendo la expulsión de familias campesinas, la matanza de animales y la destrucción de mejoras productivas comunitarias. Además, señalan que ha ejercido una persecución sistemática contra los miembros de la comunidad, empleando grupos armados para intimidar y amenazar tanto a adultos como a menores de edad. Según el MOCASE, Fuentes Barrau también ha contaminado fuentes de agua y utilizado métodos de fumigación ilegal, lo que habría provocado la muerte de animales y daños a cultivos.

En los últimos días, el conflicto habría escalado con la participación de Andrés Cadamuro, empresario cordobés vinculado a Fuentes Barrau, quien, junto a su encargado Diego Kemel, habría intentado tomar posesión de los territorios mediante el uso de bandas armadas. Según el MOCASE, ambos habrían ofrecido tierras en compensación para que Cadamuro liderara los desalojos forzados.

El movimiento campesino asegura que, el pasado día, tras un operativo fallido para clausurar un camino vecinal utilizado históricamente por la comunidad, se produjo un violento enfrentamiento. Integrantes de una banda armada habrían realizado disparos contra los miembros de la comunidad, hiriendo a dos personas. Tras el ataque, la Policía Comunitaria de Pinto intervino para garantizar la seguridad en la zona, aunque la tensión persiste.

El MOCASE sostiene que la única solución a este histórico conflicto es el diálogo, rechazando categóricamente el uso de la violencia y las bandas armadas. Las familias afectadas continúan resistiendo, defendiendo el territorio que, aseguran, les pertenece ancestralmente.