La estatua de Carlos Gardel de la plaza Urquiza, en San Miguel de Tucumán, fue víctima de un acto vandálico: el rostro del célebre tanguero apareció cubierto de distintos dibujos y fue además arropado con un sweater. «Como el Duki«, descubrió un usuario de X.
La periodista Marisa Suárez compartió en su cuenta de X @marisaperiodist las fotos de la estatua de Gardel vandalizada en el paseo público ubicado en el corazón de barrio Norte, en San Miguel de Tucumán.
«ACTO VANDALICO. Así arruinaron la estatua de Gardel que se encuentra en plaza Urquiza. Realmente inaudito. Una total falta de cultura«, sentenció la periodista y locutora nacional.
En esa misma red social, uno de sus seguidores le respondió a modo de broma: «Vo no entende nada. Si gardel viviese sería como el Duki por eso le ponen los tatuajes«.
ACTO BANDALICO. Así arruinaron la estatua de Gardel que se encuentra en plaza Urquiza. Realmente inaudito. Una total falta de cultura pic.twitter.com/m1EcuG1X28
— Marisa Suarez (@marisaperiodist) July 10, 2024Vo no entende nada. Si gardel viviese sería como el Duki por eso le ponen los tatuajes
— Rubio Oscuro (@oscuro_rubio) July 10, 2024La historia de la estatua
El 12 de junio de 2017, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y distintas asociaciones de tango de la capital tucumana dejaban instalado en barrio Norte una escultura de Carlos Gardel, en la antesala del 24 de junio, cuando se conmemoraba un nuevo aniversario de su muerte.
La estatua de Gardel de 1,76 metro de altura está hecha de cemento policromado y ubicada sobre la calle 25 de Mayo al 800. En el año 2022 fue restaurada y vandalizada.
Ya había sido atacada
En julio de 2022, un usuario de Facebook denunció: «El nuevo Gardel restaurado de la Plaza Urquiza duró muy poco. La brutalidad e ignorancia de Tucumán volvió a estropearlo. Amor y odio. Eso despierta todo el tiempo este lugar».
Se hicieron varios eventos por el Día del Tango ahí, y teníamos programada una restauración para este año. La última se realizó en el 2019 de la mano de Hugo Fernández, artista y empleado de la Dirección de Cultura» informaron en su momento a eltucumano desde la secretaría de cultura de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
Años después, la escena se repitió.