El presidente Javier Milei encabeza un acto este sábado para oficializar el nuevo nombre del Centro Cultural Kirchner, que pasará a llamarse Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento, según el Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) publicado este último jueves por el Poder Ejecutivo en el Boletín Oficial.
El Presidente llegó al edificio minutos antes de las 19, hora en la que estaba previsto que inicie el acto, acompañado de su novia Amalia “Yuyito” González. Entre funcionarios e invitados especiales, se estima que asistieron cerca de 100 personas. Se encuentra presente todo el Gabinete nacional.
Como es su costumbre, el presidente leyó su discurso en el que dijo que este es «uno de los primeros pasos para cambiar la historia. Historia que quisieron prostituir cambiando los nombres, ensuciando a los grandes héroes de esta patria. Es un placer estar aquí con todos ustedes inaugurando el Palacio de Libertad, Domingo Faustino Sarmiento”.
El acto institucional se transformó rápidamente en un acto de campaña del propio presidente, quien aseguró que «se está poniendo mal el foco” en el debate sobre la educación, haciendo referencia al conflicto actual en torno al financiamiento de las universidades públicas.
“La verdad incómoda de la educación argentina es que la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”, señaló Milei, quien continuó: “En un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”.
Hubo quienes recordaron el furcio del presidente durante la semana, cuando hizo mal una cuenta matemática básica para asegurar que en la Universidad Nacional de Rosario había «ocho empleados por cada estudiante».
Javier Milei aseguró que, si los que defienden las universidades “verdaderamente creyeran en la movilidad social”, tomarían el ejemplo de Sarmiento y defenderían una educación inicial de calidad para todos. “Y además, podrían permitir que se los audite”, cuestionó aludiendo a un argumento que fue rebatido hasta por el PRO, su partido aliado.
A pesar de todos estos ataques, el jefe del Estado negó tener la intención de cerrar las universidades públicas: “Acá no está ni en juego la cuestión de la universidad pública y gratuita. No está en juego, no está en discusión, no es parte de la discusión. La parte de la discusión es que los recursos son escasos y bajo cualquier consigna siempre robar está mal. Por eso los queremos auditar. No porque queramos cerrar las universidades como le mienten a la gente, sino porque además la queremos cuidar, cuidando los recursos. Y para eso hay que auditarlas”.
Mientras tanto, decenas de facultades en todo el país siguen tomadas o con procesos de asamblea, mientras se preparan nuevas movilizaciones para los próximos días.